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A Partir De Cuando Nace Republica Argentina?

A Partir De Cuando Nace Republica Argentina
Con la declaración de la independencia el 9 de julio de 1816 y la derrota militar del Imperio español en 1824 se formalizó la existencia soberana.

¿Cuándo se empieza a llamarse República Argentina?

Un nombre para el país – Al promulgarse la Constitución Nacional sancionada en 1853, se incluyó la denominación República Argentina entre los nombres oficiales destinados a la designación del gobierno y del territorio de la Nación: “Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata; República Argentina; Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del gobierno y territorio de las provincias, empleándose las palabras “Nación Argentina” en la formación y sanción de las leyes.” Artículo 35 Ante la necesidad de unificar la denominación para los actos administrativos, el 8 de octubre de 1860 el presidente Santiago Derqui fijó el nombre definitivo: “El gobierno ha venido en acordar que para todos estos actos se use la denominación de República Argentina,” Firmado: Santiago Derqui De aquí deriva el calificativo con el cual se identifica a los habitantes y al territorio que ocupamos en el extremo meridional del continente americano, como así también a la Nación de la que orgullosamente formamos parte.

¿Cómo se formó la República Argentina?

Con la declaración de la independencia el 9 de julio de 1816 y la derrota militar del Imperio español en 1824 se formalizó la existencia soberana.

¿Qué nombres tuvo nuestro país antes de llamarse Argentina?

El gentilicio «argentinos» – Al parecer los primeros en ser nombrados como Argentinos, son los pobladores de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, fundada en 1573 por Juan de Garay, Precisamente es Martín del Barco Centenera quien en su poema histórico de 1602, dice: Garay el río arriba se ha tornado, y puebla a Santa Fe, ciudad famosa.

La gente que está en torno ha conquistado, que es de ánimo constante y belicosa. Los argentinos mozos han probado allí su fuerza brava y rigurosa poblando con soberbia y fuerte mano la propia tierra y sitio del pagano. Entre fines del siglo XVIII y comienzos del XIX el poeta Manuel José de Lavardén incluyó el adjetivo «argentina» en su obra, y desde el periódico El Telégrafo Mercantil se expandió el adjetivo «argentino» para referirse a todo lo relacionado con el Río de la Plata o la ciudad de Buenos Aires, apareciendo en la obra de Vicente López y Planes Triunfo Argentino, así como en el texto de la Marcha Patriótica,

El nombre de Argentina sin embargo, no se utilizó oficialmente en los comienzos de la etapa independentista, figurando en cambio Provincias del Río de la Plata para la Primera Junta ; Provincias Unidas del Río de la Plata en 1811 y en la Asamblea de 1813 ; y Provincias Unidas en Sud América para el Congreso de 1816, aunque este congreso utilizó la variante Provincias Unidas en Sud América al sancionar la Constitución de 1819,

Según testimonios de la época, el nombre Argentina y el correspondiente gentilicio eran percibidos como propios de la provincia de Buenos Aires. ​ Sin embargo La Canción Patria de 1813 cantada en territorios hoy de la República Argentina y de Uruguay etc, exalta al Gran Pueblo Argentino ¡Salud!, esto es: el Himno desde 1813 habla del pueblo argentino denominando con esta frase a incluso las poblaciones de territorios que desde 1826 y 1829 por invasiones y diferendos dejaron de ser parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata, aun cuando no existió hasta 1826 ningún Estado-país llamado República Argentina (o de manera similar), sin embargo se tenía en cuenta la existencia del extenso territorio llamado Argentina desde hace siglos y su población, llamados Argentinos.

El Congreso de 1824 la denominó Provincias Unidas del Río de la Plata en Sudamérica, Nación Argentina, República Argentina y Argentina, en la constitución sancionada el 24 de diciembre de 1826 la Constitución de la República Argentina ; aunque por su carácter unitario la Constitución de 1826 nunca entró en vigor, sentó el precedente del término, que aparecería en todos los bocetos subsiguientes.

  • Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, se emplearon entre otros los nombres de Confederación Argentina, República de la Confederación Argentina y Federación Argentina.
  • El nombre oficial del país es República Argentina,
  • Por elipsis del sustantivo «República», suele decirse, correctamente, la Argentina,

Sin embargo, está muy extendido el uso sin el artículo «la», de manera que de hecho el nombre suele expresarse simplemente como “Argentina”. La Constitución de 1853 se sancionó en nombre del pueblo de la Confederación Argentina, pero la Convención Nacional de Santa Fe modificó el texto constitucional promulgándolo el 1 de octubre de 1860, donde se cambió el término Confederación por Nación, y Provincias Confederadas por Provincias; se agregó además un nuevo artículo, el número 35, que dice: «Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber, Provincias Unidas del Río de la Plata, República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintos para la designación del gobierno y territorio de las provincias, empleándose las palabras Nación Argentina en la formación y sanción de las Leyes».

  • Este texto sigue vigente en la redacción de la última modificación de la Constitución, de 1994,
  • ​ El 8 de octubre de 1860 en la ciudad de Paraná, el presidente Derqui decretó que « siendo conveniente a este respecto establecer la uniformidad en los actos administrativos, el Gobierno ha venido a acordar que para todos estos actos se use la denominación República Argentina ».

Desde 1860 el General Mitre utilizó el nombre de Presidente de la República Argentina, quedando fijado desde entonces definitivamente el nombre con el que se reconocería mundialmente a este estado soberano.

¿Que se formó en 1890 en Argentina?

Revolución del Parque
Parte de Revoluciones radicales
Fecha Del 26 de julio de 1890 al 29 de julio de 1890
Lugar Actual Plaza Lavalle Buenos Aires Argentina
Casus belli Crisis económica Fraude electoral
Conflicto Levantamiento cívico-militar contra el gobierno de Miguel Juárez Celman
Resultado Triunfo militar del gobierno Triunfo político parcial de los sublevados
Consecuencias
  • Renuncia de Juárez Celman
  • Amnistía a los sublevados
  • El PAN mantiene el gobierno
  • La UC sale fortalecida políticamente
Beligerantes
Unión Cívica Gobierno Nacional

/td> Figuras políticas

Leandro N. Alem Bartolomé Mitre Aristóbulo del Valle Francisco Barroetaveña Lucio V. López Bernardo de Irigoyen Hipólito Yrigoyen Marcelo T. De Alvear Elvira Rawson Mariano Demaría Miguel Juárez Celman Carlos Pellegrini Julio A. Roca

/td> Comandantes

Milicianos Ver lista Militares, Ver lista Nicolás Levalle Alberto Capdevila Ramón Falcón

/td> Unidades militares

Milicianos

  • Cívicos Buenos Aires
  • Legión Ciudadana

Parte del ejercito argentino Columna Norte:

  • Regimiento 9º de Infantería
  • Regimiento 11º de Caballería
  • Batallón 10º de Infantería
  • Cadetes del Colegio Militar

Columna Sur:

5º Batallón de Infantería

Parte de la armada argentina Puerto de La Boca:

  • Crucero Patagonia
  • Crucero Villarino
  • Torpedera Maipú
  • Monitor Los Andes
Policía federal leal

  • Departamento Central de Policía
  • Soldados leales

/td> Fuerzas en combate

2500 milicianos 1300 soldados 3000 policías S/D soldados leales

/td> Bajas

~ 300 a 1500 muertos y heridos

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La Revolución del Parque, también conocida como Revolución de 1890, fue una insurrección cívico-militar producida en la Argentina el 26 de julio de 1890 dirigida por la recién formada Unión Cívica, liderada por Leandro Alem, Bartolomé Mitre, Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen y Francisco Barroetaveña, entre otros.

¿Cuándo se separó Uruguay de la Argentina?

La declaración decisiva fue la Convención Preliminar de Paz firmada en Río de Janeiro en 1827, y se ratificó con la Jura de la Constitución uruguaya el 18 de julio de 1830.

¿Quién bautizo a Argentina?

Entre el año 1602, cuando el clérigo español Martín del Barco Centenera usó la palabra “argentina” por primera vez en un poema sobre la región del Plata, y 1860, fecha en que un decreto de Derqui estableció que el nombre legal del país sería desde entonces “República Argentina”, mucha agua corrió bajo el puente para convertir en denominación oficial del país y en nuestro gentilicio lo que inicialmente era un adjetivo poético, circunscrito al lenguaje culto y a la región del Río de la Plata y litoral del Paraná.

Para que eso ocurriera, la palabra “argentina” tuvo que superar los obstáculos de la geografía y de los disensos internos. Afortunadamente, así pasó, porque eso nos ha convertido en el único país de la tierra cuyo nombre viene de la poesía. La historia de cómo evolucionó la palabra que hoy nos distingue ante el mundo fue reconstruida por el filólogo y ensayista Ángel Rosenblat (1902-1984) en un librito fascinante llamado El nombre de la Argentina (Eudeba, 1964).

Argentina nace de un latinismo: argentino deriva de la palabra plata en latín: argentum. En sus inicios fue un adjetivo poético que sustituía al más vulgar y coloquial “platense” o “rioplatense”: se decía Río argentino, Provincia argentina, Rosenblat cuenta que Martín del Barco Centenera era un español extremeño, que llegó a estas regiones como miembro de la expedición –en 1572- de Juan Ortiz de Zárate.

Lo describe como “un clérigo trashumante, familiarizado con las peripecias y quebrantos de esa desdichada expedición y que ha recorrido durante casi un cuarto de siglo las tierras del Plata, el Paraguay y el Perú, nos va a relatar la etapa inicial de la conquista”. El relato de Del Barco Centenera, escrito en forma de poema, se publicó en 1602, en Lisboa, con el nombre Argentina y Conquista del Río de la Plata, con otros acaecimientos de los Reinos del Perú, Tucumán y Estado del Brasil,

Escribe el clérigo por ejemplo: Haré con vuestra ayuda este cuaderno del Argentino reino recontando diversas aventuras y extrañezas, prodigios, hambres, guerras y proezas Ángel Rosenblat explica que, hasta ese momento, “Argentina” no es más que “el nombre de un poema”.

Centenera, en lugar de rioplatense, usa, con intención poética, el adjetivo latinizante argentino, El Argentino Reino es, para Centenera, la región del Río de la Plata. En el poema, el adjetivo es también aplicado a los hombres. Por ejemplo, con motivo de la fundación de Santa Fe, escribe: Los argentinos mozos han probado Allí su fuerza brava y rigurosa Es por estos versos que algunos historiadores han afirmado que los primeros “argentinos” fueron los santafecinos, pero en realidad el adjetivo era aplicado a todos los oriundos del Río de la Plata y del Paraná (hasta entonces considerados uno solo), ya que incluso a los uruguayos y a los paraguayos se les aplicó el gentilicio en algún momento.

En el propio poema, Del Barco Centenera hace una aclaración al margen: “El Río Argentino o Río de la Plata es llamado por los indios Paraná, que quiere decir mar, por su grandeza”. Rosenblat se preguntó de dónde había sacado el clérigo el adjetivo “argentino” como sinónimo de “del plata”.

  1. Y llega a la conclusión de que lo trajo de su paso por el Perú y el Alto Perú.
  2. Recordemos que la actual ciudad de Sucre, se llamaba por entonces ciudad de la Plata –más tarde será Charcas o Chuquisaca –por lo que será llamada ciudad de los 4 nombres.
  3. Pues bien, Sucre aparece en los documentos de la época en latín como Civitas Argentina y luego en su traducción castellana como Ciudad de Argentina,

Así aparece por ejemplo en documentos de la Orden Franciscana fechados en 1565. “La Cancillería Real de Charcas se llama Cancellaria Argentina -ejemplifica Rosenbalt (.) Ese uso lo adopta en su tiempo Martín del Barco Centenera”. El filólogo concluye que “la innovación de Centenera” consistió “en haber adoptado para el Río de la Plata el adjetivo argentino, que se aplica ya en latín a La Plata o Chuquisaca”.

  1. En su (poema) Argentina no se encuentra aún ni el gentilicio ni el nombre moderno del país.
  2. Pero el adjetivo que elige en su lengua poética tiene tanta virtualidad, que, sin que él pudiera ni por asomo sospecharlo, iba a dar nombre a la tierra y a sus habitantes”, escribe Rosenblat.
  3. En los años de la conquista y colonización, lo que Centenera llama Argentina aparece en los documentos oficiales con el nombre de Provincia o Gobernación del Río de la Plata.

Es por eso que, más adelante, sólo se llamará argentinos a los oriundos del Río de la Plata. Poco a poco, a medida que avanza el proceso de unificación y organización nacional el nombre y el gentilicio se impondrán al conjunto, “República Argentina no era todavía el nombre del país ni del régimen político”, dice Rosenblat.

Desde Martín del Barco Centenera, en 1602, hasta los poetas de la Revolución, argentino ha tenido una amplia trayectoria, se ha incorporado, en todos los usos, al habla de la gente culta primero y al habla general después, pero siempre con cierto matiz poético o retórico, Venía a llenar indudablemente una necesidad, pues rioplatense, que es su equivalente, parece más circunscrito, demasiado limitado o apegado a la ciudad de Buenos Aires y al río mismo, el cual alguna vez abarcaba también el Paraná y el Paraguay y llegaba a los confines del Perú, pero había quedado reducido finalmente a su desembocadura”.

Vicente López y Planes escribe la canción patria por encargo de la Asamblea del año 13 y ésta será llamada Himno Nacional Argentino. Sin embargo, cuando se reúne el Congreso de 1816 y declara la Independencia, hecho del que pronto festejaremos el Bicentenario, el nombre adoptado para la nueva Nación soberana es Provincias Unidas en Sud América.

La misma denominación se repite en 1819, mientras que en 1824, se habla de Provincias Unidas del Río de la Plata en Sudamérica. En 1826, por primera vez una Constitución usa el nombre República Argentina, pero por su espíritu unitario esta carta fue inmediatamente rechazada por las provincias. Es decir que por bastante tiempo convivieron los nombres oficiales con los poéticos, y el calificativo argentino perteneció por varias décadas a la segunda categoría.

En el poema nacional de López y Planes puede leerse “valiente argentino”, “brazo argentino”, “pueblo argentino”, pero todavía no “Argentina”, como nombre del país. El poeta Manuel José de Lavardén (1754-1809) incluyó el adjetivo “argentina” en su obra.

El periódico El Telégrafo Mercantil contribuyó a la expansión del adjetivo “argentino” para todo lo referido al Río de la Plata o a Buenos Aires. Pero serán los federales, que introducen el término de Federación o Confederación, los que empezarán a hablar de República Argentina, aunque también usarán Estados Unidos del Río de la Plata, Estados Unidos de la República Argentina, Federación Argentina y Confederación Argentina.

A partir de 1830, Juan Manuel de Rosas se presenta ante el mundo como titular del “Gobierno de Buenos Aires, encargado de dirigir las relaciones exteriores de la República Argentina”. Y es durante su gobierno que “poco a poco se abre paso el nombre de Confederación Argentina”, dice Rosenblat.

A tal punto el nombre queda identificado con el régimen de Rosas que, caído éste, Sarmiento pedirá cambiarlo y volver al de Provincias Unidas. Argumentaba entonces que “Argentina” era para él “un legado odioso y repugnante de la pasada tiranía, un nombre que había que borrar como una mancha”, escribe Rosenblat.

Después de Caseros, Urquiza es “Director de la Confederación Argentina” y en 1853 se sanciona la “Constitución de la Confederación Argentina”. Es la Constitución que Buenos Aires rechaza, quedando como estado separado hasta que, en 1960, se reúne una nueva convención que va a analizar las reformas que pide la provincia rebelde.

“El nombre adoptado por los poetas ha triunfado sobre todos los nombres de la prosa oficial” En ese momento, Sarmiento, cuyo primer pedido de cambio de denominación había sido desoído, vuelve a la carga: “El nombre ilustre de Provincias Unidas sería un bálsamo para las pasiones que dividen la República Argentina”.

Afortunadamente, fracasa otra vez y el nombre adoptado es Nación Argentina. Poco después será establecido definitivamente como “República Argentina”, mediante un decreto del presidente Santiago Derqui, fechado el 1º de octubre de 1860. “El país pudo llamarse Provincias Unidas del Río de la Plata o de Sudamérica, como otro gran país se llama Estados Unidos de América.

¿Cómo se llama coloquialmente a los argentinos?

Pibe – Wikipedia, la enciclopedia libre.

¿Por qué se llama Buenos Aires?

BUENOS AIRES – Podría ser que los conquistadores españoles que llegaron a la capital Argentina por primera vez hayan bautizado a estas tierras con el nombre de Buenos Aires por su aire limpio y puro. Pero la historia es otra. La Ciudad de Buenos Aires, Ciudad autónoma de Buenos Aires o Capital Federal, como se la conoce actualmente, recibe su denominación por una devoción católica,

Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, ¿Sabías que Buenos Aires fue bautizada como Ciudad de la Trinidad? El nombre que se decidió en su primera fundación en 1536 fue Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre. El conquistador español Pedro de Mendoza dio ese nombre a la ciudad en honor a la patrona católica de los navegantes sevillanos, Nuestra Señora del Buen Ayre, también del Buen Aire o la virgen Bonaira.

En la segunda fundación de la ciudad, en 1580, otro español explorador, Juan de Garay, la rebautizó como Ciudad de la Trinidad. Y, curiosamente, ese fue su nombre oficial hasta hace unos escasos 22 años. ” Nunca nadie se preocupó por cambiarle el nombre, hasta que en 1996 se le dio oficialmente el nombre actual : Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, le cuenta a BBC Mundo, Diego Zigiotto, periodista y autor de “Las mil y una curiosidades de Buenos Aires”.

¿Qué pasó en 1902 en Argentina?

Contexto – La Ley de Residencia se insertó dentro de una serie de medidas represivas (promovidas por los sectores terratenientes e industriales entonces en el gobierno, en la figura del Partido Autonomista Nacional ) llevadas a cabo por medio del Estado contra anarquistas, socialistas y activistas obreros en general.

Estas medidas incluyeron el estado de sitio ; allanamiento de locales de la Federación Obrera Regional Argentina y del Partido Socialista ; incautación de periódicos como La Vanguardia y La Protesta ; represión de huelgas y manifestaciones mediante arrestos y deportaciones, además de aportar un plus en la prostitución.

El mensaje con que el Poder Ejecutivo acompañó en noviembre de 1902 el proyecto que luego se convirtió en la Ley de Residencia, hacía referencia a “la huelga en que se han declarado numerosos obreros de distintos gremios, que amenazan el orden público, los intereses del comercio y la navegación y, por consiguiente, la riqueza pública”.

¿Quién bautizo a Argentina?

Entre el año 1602, cuando el clérigo español Martín del Barco Centenera usó la palabra “argentina” por primera vez en un poema sobre la región del Plata, y 1860, fecha en que un decreto de Derqui estableció que el nombre legal del país sería desde entonces “República Argentina”, mucha agua corrió bajo el puente para convertir en denominación oficial del país y en nuestro gentilicio lo que inicialmente era un adjetivo poético, circunscrito al lenguaje culto y a la región del Río de la Plata y litoral del Paraná.

  • Para que eso ocurriera, la palabra “argentina” tuvo que superar los obstáculos de la geografía y de los disensos internos.
  • Afortunadamente, así pasó, porque eso nos ha convertido en el único país de la tierra cuyo nombre viene de la poesía.
  • La historia de cómo evolucionó la palabra que hoy nos distingue ante el mundo fue reconstruida por el filólogo y ensayista Ángel Rosenblat (1902-1984) en un librito fascinante llamado El nombre de la Argentina (Eudeba, 1964).

Argentina nace de un latinismo: argentino deriva de la palabra plata en latín: argentum. En sus inicios fue un adjetivo poético que sustituía al más vulgar y coloquial “platense” o “rioplatense”: se decía Río argentino, Provincia argentina, Rosenblat cuenta que Martín del Barco Centenera era un español extremeño, que llegó a estas regiones como miembro de la expedición –en 1572- de Juan Ortiz de Zárate.

Lo describe como “un clérigo trashumante, familiarizado con las peripecias y quebrantos de esa desdichada expedición y que ha recorrido durante casi un cuarto de siglo las tierras del Plata, el Paraguay y el Perú, nos va a relatar la etapa inicial de la conquista”. El relato de Del Barco Centenera, escrito en forma de poema, se publicó en 1602, en Lisboa, con el nombre Argentina y Conquista del Río de la Plata, con otros acaecimientos de los Reinos del Perú, Tucumán y Estado del Brasil,

Escribe el clérigo por ejemplo: Haré con vuestra ayuda este cuaderno del Argentino reino recontando diversas aventuras y extrañezas, prodigios, hambres, guerras y proezas Ángel Rosenblat explica que, hasta ese momento, “Argentina” no es más que “el nombre de un poema”.

“Centenera, en lugar de rioplatense, usa, con intención poética, el adjetivo latinizante argentino, El Argentino Reino es, para Centenera, la región del Río de la Plata. En el poema, el adjetivo es también aplicado a los hombres. Por ejemplo, con motivo de la fundación de Santa Fe, escribe: Los argentinos mozos han probado Allí su fuerza brava y rigurosa Es por estos versos que algunos historiadores han afirmado que los primeros “argentinos” fueron los santafecinos, pero en realidad el adjetivo era aplicado a todos los oriundos del Río de la Plata y del Paraná (hasta entonces considerados uno solo), ya que incluso a los uruguayos y a los paraguayos se les aplicó el gentilicio en algún momento.

En el propio poema, Del Barco Centenera hace una aclaración al margen: “El Río Argentino o Río de la Plata es llamado por los indios Paraná, que quiere decir mar, por su grandeza”. Rosenblat se preguntó de dónde había sacado el clérigo el adjetivo “argentino” como sinónimo de “del plata”.

Y llega a la conclusión de que lo trajo de su paso por el Perú y el Alto Perú. Recordemos que la actual ciudad de Sucre, se llamaba por entonces ciudad de la Plata –más tarde será Charcas o Chuquisaca –por lo que será llamada ciudad de los 4 nombres. Pues bien, Sucre aparece en los documentos de la época en latín como Civitas Argentina y luego en su traducción castellana como Ciudad de Argentina,

Así aparece por ejemplo en documentos de la Orden Franciscana fechados en 1565. “La Cancillería Real de Charcas se llama Cancellaria Argentina -ejemplifica Rosenbalt (.) Ese uso lo adopta en su tiempo Martín del Barco Centenera”. El filólogo concluye que “la innovación de Centenera” consistió “en haber adoptado para el Río de la Plata el adjetivo argentino, que se aplica ya en latín a La Plata o Chuquisaca”.

En su (poema) Argentina no se encuentra aún ni el gentilicio ni el nombre moderno del país. Pero el adjetivo que elige en su lengua poética tiene tanta virtualidad, que, sin que él pudiera ni por asomo sospecharlo, iba a dar nombre a la tierra y a sus habitantes”, escribe Rosenblat. En los años de la conquista y colonización, lo que Centenera llama Argentina aparece en los documentos oficiales con el nombre de Provincia o Gobernación del Río de la Plata.

Es por eso que, más adelante, sólo se llamará argentinos a los oriundos del Río de la Plata. Poco a poco, a medida que avanza el proceso de unificación y organización nacional el nombre y el gentilicio se impondrán al conjunto, “República Argentina no era todavía el nombre del país ni del régimen político”, dice Rosenblat.

“Desde Martín del Barco Centenera, en 1602, hasta los poetas de la Revolución, argentino ha tenido una amplia trayectoria, se ha incorporado, en todos los usos, al habla de la gente culta primero y al habla general después, pero siempre con cierto matiz poético o retórico, Venía a llenar indudablemente una necesidad, pues rioplatense, que es su equivalente, parece más circunscrito, demasiado limitado o apegado a la ciudad de Buenos Aires y al río mismo, el cual alguna vez abarcaba también el Paraná y el Paraguay y llegaba a los confines del Perú, pero había quedado reducido finalmente a su desembocadura”.

Vicente López y Planes escribe la canción patria por encargo de la Asamblea del año 13 y ésta será llamada Himno Nacional Argentino. Sin embargo, cuando se reúne el Congreso de 1816 y declara la Independencia, hecho del que pronto festejaremos el Bicentenario, el nombre adoptado para la nueva Nación soberana es Provincias Unidas en Sud América.

  • La misma denominación se repite en 1819, mientras que en 1824, se habla de Provincias Unidas del Río de la Plata en Sudamérica.
  • En 1826, por primera vez una Constitución usa el nombre República Argentina, pero por su espíritu unitario esta carta fue inmediatamente rechazada por las provincias.
  • Es decir que por bastante tiempo convivieron los nombres oficiales con los poéticos, y el calificativo argentino perteneció por varias décadas a la segunda categoría.

En el poema nacional de López y Planes puede leerse “valiente argentino”, “brazo argentino”, “pueblo argentino”, pero todavía no “Argentina”, como nombre del país. El poeta Manuel José de Lavardén (1754-1809) incluyó el adjetivo “argentina” en su obra.

  1. El periódico El Telégrafo Mercantil contribuyó a la expansión del adjetivo “argentino” para todo lo referido al Río de la Plata o a Buenos Aires.
  2. Pero serán los federales, que introducen el término de Federación o Confederación, los que empezarán a hablar de República Argentina, aunque también usarán Estados Unidos del Río de la Plata, Estados Unidos de la República Argentina, Federación Argentina y Confederación Argentina.

A partir de 1830, Juan Manuel de Rosas se presenta ante el mundo como titular del “Gobierno de Buenos Aires, encargado de dirigir las relaciones exteriores de la República Argentina”. Y es durante su gobierno que “poco a poco se abre paso el nombre de Confederación Argentina”, dice Rosenblat.

  1. A tal punto el nombre queda identificado con el régimen de Rosas que, caído éste, Sarmiento pedirá cambiarlo y volver al de Provincias Unidas.
  2. Argumentaba entonces que “Argentina” era para él “un legado odioso y repugnante de la pasada tiranía, un nombre que había que borrar como una mancha”, escribe Rosenblat.

Después de Caseros, Urquiza es “Director de la Confederación Argentina” y en 1853 se sanciona la “Constitución de la Confederación Argentina”. Es la Constitución que Buenos Aires rechaza, quedando como estado separado hasta que, en 1960, se reúne una nueva convención que va a analizar las reformas que pide la provincia rebelde.

“El nombre adoptado por los poetas ha triunfado sobre todos los nombres de la prosa oficial” En ese momento, Sarmiento, cuyo primer pedido de cambio de denominación había sido desoído, vuelve a la carga: “El nombre ilustre de Provincias Unidas sería un bálsamo para las pasiones que dividen la República Argentina”.

Afortunadamente, fracasa otra vez y el nombre adoptado es Nación Argentina. Poco después será establecido definitivamente como “República Argentina”, mediante un decreto del presidente Santiago Derqui, fechado el 1º de octubre de 1860. “El país pudo llamarse Provincias Unidas del Río de la Plata o de Sudamérica, como otro gran país se llama Estados Unidos de América.