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Cómo Era La Córdoba Donde Nació La Reforma Universitaria?

Célebre fotografía de los estudiantes cordobeses izando la bandera argentina, en el frontispicio del antiguo edificio de la Universidad de Córdoba.5:01 Representación teatral callejera de la Reforma Universitaria de 1918, utilizando el texto del Manifiesto liminar,

La Reforma Universitaria de 1918, Reforma Universitaria de Córdoba, Reforma Universitaria de Argentina, Grito de Córdoba, o simplemente Reforma Universitaria, fue un movimiento de proyección juvenil para democratizar la universidad y otorgarle un carácter científico, que se inició con una rebelión estudiantil en la Universidad Nacional de Córdoba de Argentina que se extendió entre marzo y octubre de 1918, durante el cual se produjeron violentos enfrentamientos entre reformistas y católicos.

Su fecha simbólica es el 15 de junio de 1918, momento en el cual los estudiantes irrumpieron en la Universidad para impedir que se consumara la elección del rector que sostendría la situación tal como estaba hasta entonces y declararon una segunda huelga general.

Tuvo su pico culminante el 9 de septiembre cuando la Federación Universitaria de Córdoba asumió la dirección de la Universidad y el gobierno ordenó al Ejército reprimir la ocupación. Durante el curso del conflicto y a pedido de los estudiantes, el presidente Hipólito Yrigoyen intervino dos veces la Universidad para que se reformaran los estatutos y se realizaran nuevas elecciones de sus autoridades.

La revuelta estudiantil cordobesa tuvo su expresión en el célebre Manifiesto liminar de la Federación Universitaria de Córdoba, redactado por Deodoro Roca y titulado “La Juventud argentina de Córdoba a los Hombres Libres de Sudamérica”, que finaliza diciendo: La juventud ya no pide.

  • Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes.
  • Está cansada de soportar a los tiranos.
  • Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.

Manifiesto liminar, 21 de junio de 1918. El movimiento se extendió de inmediato a las demás universidades del país, impulsado principalmente por el movimiento estudiantil organizado en la recién creada Federación Universitaria Argentina (FUA), y a varias universidades de América Latina, produciendo reformas en los estatutos y leyes universitarias, que consagraron la autonomía universitaria, el cogobierno (que estableció la participación de los estudiantes en la gestión de las universidades), la extensión universitaria, la periodicidad de las cátedras, y los concursos de oposición,

  1. Desde un inicio la Reforma Universitaria se percibió a sí misma como un movimiento político-pedagógico permanente, de vocación latinoamericana y antiimperialista,
  2. Muchas de esas reformas tardaron décadas en ser establecidas y otras aún permanecen como objetivos a alcanzar.
  3. ​ ​ La Reforma Universitaria dio origen a una amplia tendencia del activismo estudiantil, aún existente, integrada por agrupaciones de diversas vertientes ideológicas, que se definen como reformistas,

La utopía juvenil del 18 anticipó en medio siglo al ” Mayo francés ” de 1968 y otros movimientos juveniles de la década de 1960,

¿Dónde se originó la Reforma Universitaria?

En 1918, cuando el mundo todavía se desayunaba el terror de la “Gran Guerra” y las potencias medían sus músculos a partir del cálculo de los cadáveres de soldados y civiles del enemigo; cuando la Rusia de Lenin, en estado de ebullición permanente, desempolvaba libros sagrados de cerebros barbudos y actualizaba el sueño de la revolución; cuando un fascismo todavía en pañales –desafortunadamente– aprendía a caminar; justo en ese momento y no en otro: Argentina, también, exhibía sus intenciones de exhalar historia.

  1. En 1918, el radical Hipólito Yrigoyen ocupaba el “sillón de Rivadavia” (1) y se estrenaba como el primer presidente en haber alcanzado el Ejecutivo Nacional tras la Ley Sáenz Peña (1912).
  2. Mientras tanto, Córdoba contaba entre sus haberes más preciados con la Universidad más antigua en el país.
  3. Fue fundada en 1613, cuando Argentina todavía no era Argentina y cuando los únicos límites fronterizos eran los accidentes geográficos.

Sin embargo, cuatrocientos años después –en pleno siglo XX– con una independencia, una constitución y con un Estado nacional más o menos organizado sobre las espaldas, no existían demasiadas intenciones por parte de las autoridades clericales de modificar sus rasgos elitistas.

Frente a ello, el reclamo de los estudiantes universitarios cordobeses, nucleados en centros, y sus intenciones de modernizar un sistema vetusto y opaco no tardarían en llegar. En junio de ese año se inició un movimiento estudiantil que, si bien tuvo su epicentro en Córdoba, luego se expandió hacia otras latitudes del país e, incluso, traspasó las barreras nacionales con un eco que conquistó Latinoamérica.

Así, la Reforma Universitaria, que comenzó en la Universidad Nacional de Córdoba y halló en Deodoro Roca (2) a uno de sus principales referentes, se anticipó medio siglo a lo que el mundo entero conocería como “Mayo Francés”. ¿Qué pretendía reformar la Reforma de los estudiantes reformistas? Ahora bien, ¿de qué se trataba esta Reforma? ¿Por qué suponía un auténtico giro copernicano en el sistema de enseñanza superior en el país? Como premisa fundamental, la propuesta de los estudiantes los restituía como actores centrales de la vida universitaria.

Así, planteaba la lucha colectiva de los pueblos latinoamericanos en el reclamo por la autonomía (política, docente y administrativa) universitaria; el cogobierno (con representantes de los distintos claustros de profesores, estudiantes y egresados en el proceso de toma de decisiones); la asistencia libre; la defensa de la gratuidad de la enseñanza; la libertad (para que los estudiantes pudiesen escoger cursos paralelos al del profesor catedrático) y la periodicidad de cátedra (que estipulaba plazos con mandatos fijos para el ejercicio de la docencia); los concursos públicos para la distribución y la asignación de cargos, la publicidad de todos los actos y la extensión cultural puertas afuera de las instituciones.

El programa reformista apuntaba a democratizar las condiciones de acceso y participación en un mundo universitario protagonizado por jefes clericales; planteaba la reactualización de los planes de estudio y de las metodologías para implementarlos, tan anacrónicos y enajenados de los desafíos que un convulsionado siglo XX presentaba (3); reivindicaba la libre expresión de ideas que habían quedado sepultadas; y, sobre todo, conducía hacia una disputa de clase.

Como golpe de efecto, la democracia en el sistema universitario traería aparejada mejores condiciones para los individuos de clase media que, con un título en mano, estarían en posiciones más favorables para disputar espacios que hasta el momento solo eran colonizados por los hijos del dinero. Abrir las venas de un sistema diseñado a imagen y semejanza de los poderosos de turno.

Con este objetivo se crearía la Federación Universitaria Argentina (FUA), para agrupar a los representantes de las diversas organizaciones estudiantiles provenientes de distintas instituciones universitarias bajo un mismo gremio, con objetivos programáticos y agendas compartidas.

  1. Con un movimiento organizado y las ideas claras, cuando todo estaba finalmente listo y el horno ya estaba para bollos, solo bastaba sincronizar relojes y hallar el momento preciso.
  2. La revolución de junio En marzo de 1918, las agrupaciones estudiantiles conformaron el “Comité Pro Reforma” con el propósito de reclamar modificaciones menores en la estructura y el funcionamiento de la Universidad cordobesa.

No obstante, ante la negativa de las autoridades, el colectivo dio el primer paso y declaró una huelga general del alumnado que retrasó el comienzo de las clases hasta el 1° de abril. Como respuesta, Yrigoyen nombró a José Matienzo –el entonces Procurador General de la Nación– como interventor, quien, tras detectar irregularidades en el funcionamiento de la institución, suscribió a la iniciativa de democratizar el estatuto universitario, declaró desiertos los cargos de las autoridades (decanos y rector) y estipuló que la elección de las jerarquías se realizaría con la participación total de los profesores.

  • De esta manera, se reanudaba el ciclo lectivo y se colocaban paños fríos a una situación que levantaba temperatura, a tal punto que requería de la mediación del Gobierno Nacional como remedio ante tanta fiebre.
  • El 15 de junio, cuando los decanos ya habían sido escogidos, la Asamblea debía seleccionar al rector.

El candidato oficial de los sectores conservadores y de la cúpula clerical era Antonio Nores, mientras que el liberal Enrique Martínez Paz se erigía como el representante propuesto desde las entrañas del movimiento estudiantil. Tras dos votaciones, ninguna facción obtuvo mayoría absoluta y, al realizarse el tercer intento, triunfó la fórmula tradicionalista-jesuita.

  • Este hecho desató la irrupción de los estudiantes en la sala de reuniones y la interrupción de los comicios, bajo la denuncia de que habían sido manipulados por las órdenes religiosas de la Iglesia Católica sobre las que recaía el poder organizativo, material y espiritual de la casa de estudios.
  • Las agrupaciones estudiantiles cosecharon el apoyo de los partidos políticos populares y del sindicalismo, tomaron la Universidad, rechazaron la proclamación de Nores al frente de la institución y se declararon en “huelga indefinida”, una acción que halló la respuesta de estudiantes de diversos puntos del país que se plegaron a la lucha.

El 21 de junio, las ideas del movimiento estudiantil fueron publicadas en la “Gaceta Universitaria”, bajo el título “Manifiesto Liminar” (4), con frases memorables de su autor anónimo, aunque conocido por todos: Deodoro Roca. El documento contaba con un tono marcadamente anticlerical y antiimperialista: “Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más.

  • Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”.() “La juventud Universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos.
  • Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad”.
  • Allí, quince párrafos fueron suficientes para condensar un texto bellísimo, escrito al calor de los acontecimientos y con una profunda convicción de la imperiosa necesidad de las reformas emprendidas.

Un manuscrito fresco, inteligente y revolucionario, imagen calcada de los humores que alimentaban ese caldo de cultivo en hervor permanente. Más tarde, los sucesos siguieron más o menos así: tras la renuncia de Nores al rectorado, en septiembre, los estudiantes radicalizaron sus propuestas, ocuparon la Universidad y se distribuyeron los decanatos que habían quedado vacantes.

  1. Así, los referentes estudiantiles Horacio Valdés, Enrique Barrios e Ismael Bordabehe reemergieron como decanos de las facultades de Derecho, Medicina e Ingeniería, respectivamente.
  2. No obstante, la realidad de una institución de enseñanza superior comandada por estudiantes retornó a su forma original de utopía con el desalojo y la detención de un puñado de representantes por parte de la policía.

José Salinas –ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación– fue designado por Yrigoyen para intervenir la institución, suscribió un decreto que incorporaba los reclamos estudiantiles (tanto el cogobierno como buena parte de las iniciativas descritas) y, finalmente, los líderes de la Reforma –incluido Roca– reingresaron a la Universidad. (1) “En el imaginario de los argentinos circula el mito de que el reconocido sillón presidencial de Casa Rosada es el que utilizó Bernardino Rivadavia. En realidad el que se encuentra actualmente en el despacho del presidente no fue el que usó Rivadavia durante su mandato.

() corresponde a la primera presidencia de Julio Argentino Roca. Data de 1885 y está conformado de madera de nogal italiana. Fue decorado con la técnica dorado a la hoja, con lámina de oro. Fue adquirido en la Casa Forest de París a fines del siglo XIX y ha sido utilizado desde entonces por todos los presidentes de nuestro país”.

Información disponible en el sitio oficial de Casa Rosada, (2) Deodoro Roca (1890-1942) se destacó como abogado, periodista, activista por los derechos humanos. Sin embargo, fue reconocido popularmente como uno de los máximos referentes de la Reforma estudiantil de 1918 y por la redacción del Manifiesto liminar.

Aunque el texto es de carácter anónimo, siempre se supo que había sido obra de su pluma exquisita. Fue considerado por Ortega y Gasset como “el argentino más eminente de los que había conocido” y para Ezequiel Martínez Estrada, se constituyó como”el escritor político argentino más importante del siglo XX”.

Información disponible en el sitio de la Universidad Nacional de Córdoba, (3) A tal punto que, por ejemplo, no se permitía la enseñanza de las teorías evolucionistas como las de Charles Darwin. (4) Disponible en el sitio oficial de la Universidad Nacional de Córdoba,

¿Cómo era la Universidad de Córdoba antes de la reforma de 1918?

La enseñanza de la Corda Frates – La juventud llegaba a las austeras aulas de la Universidad de Córdoba para encontrarse con una enseñanza arcaica y verbalista y con un círculo cerrado que cuidaba las cátedras y sus dependencias como un bien de familia (6).

En general –sustenta el historiador cordobés- dominaba en la institución ” un catolicismo intolerante ” bajo la dirección de la Corda Frates, ” una hermandad católica semi secreta de profesores universitarios, funcionarios y políticos que extendía sus tentáculos por todos los partidos, la Universidad y los poderes de gobierno ” (7).

Dentro del estancamiento general de las Universidades argentinas, la de Córdoba se destacaba en aquella época “por ser el baluarte más cerrado del oscurantismo social y cultural”. ” Las cátedras, vitalicias –consigna Ferrero-, existían para los profesores y no éstos para aquellas ” (8).

En la Facultad de Derecho –según denunciaba el Dr. Juan B. Justo por aquella misma época- ” enseñaban seis Garzón, tres Posse, dos Ferrer, dos Pizarro, dos Novillo y dos Deheza “. Generalmente estaban emparentados entre sí y sus apellidos se combinaban de una u otra manera (9). El doctor Antonio Nores (el “rector” repudiado por el movimiento reformista) contaba en el claustro profesoral con cinco primos hermanos.

Los sueldos profesorales eran los más altos del país, casi el doble de los pagados en Buenos Aires, no obstante lo cual muchos titulares de cátedra gozaron largamente de licencias de años y aun de lustros de duración. La corrupción y el nepotismo eran moneda conocida, denunciados por el diario La Voz del Interior en esos momentos.

Las cátedras que integraban eran vitalicias. Medicina, por ejemplo, no celebraba ninguna reunión científica, no obstante ser la ciencia la razón justificatoria de su existencia (10). Y los cursos de Medicina se realizaban por medio del arte oratorio: ni hombres vivos ni muertos, ni siquiera animales; Patología se impartía sin enfermos.

La Casa de Trejo era la idea absoluta de una edad perdida, pero al lado de ella crecía una sociedad en transformación (11). Por su parte, el programa de Filosofía del doctor Ignacio Garzón trataba en la bolilla 16 de los deberes para con los siervos, como si la Edad Media no hubiese concluido (12).

En el caso de Economía Política, según Arturo Orgaz (uno de los paladines de la Reforma), ” el texto era un conjunto de ‘barrabasadas’ del libro del padre Liberatore, sacerdote jesuita, el mismo que en otros libros para la Universidad (La Iglesia y el Estado) denostaba la libertad de conciencia y predicaba la sumisión del Estado a la Iglesia ” (13).

El Derecho Público Eclesiástico –otro nombre del Derecho Canónico- era materia obligatoria. A su vez, la enseñanza era repetitiva, rutinaria, y atrasada, sin estudios o investigaciones que la pusieran al día, en tanto se despreciaba a las nuevas ciencias sociales y no había interés en crear laboratorios y gabinetes científicos o hacer funcionar los pocos que existían.

Asimismo, los estudiantes que no expresaran ideas afines a la ideología medieval dominante en los claustros ” eran mal vistos por la casta profesoral “, lo que convertía a la Casa de Trejo -que permanecía ciega a los ” tiempos nuevos “-, en ” un anacronismo y una sobrevivencia virreinal ” en medio de un mundo altamente convulsionado y ” en rápida transformación ” (14).

La Revolución Mexicana (1910), la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el advenimiento de la Soberanía Popular en la Argentina (1916), la Revolución Rusa (1917) y el propio Movimiento Reformista en Córdoba y luego en toda Nuestra América, eran, sin embargo, el patente y ruidoso testimonio de la época que comenzaba de cara al nuevo siglo.

Diplomado en Historia Argentina y Latinoamericana de la UNSJ y UNVM. Notas 1- A. Ferrero. Historia Crítica del Movimiento Estudiantil de Córdoba, Tomo I (1918-1943). Alción Editora, Córdoba 1999, pág.11.2- E. Río. Córdoba, 1810-1919. Revista de la Junta Provincial de Historia de Córdoba, 1960, pág.12.3- ” Manifiesto que hace a las Naciones el Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, sobre el tratamiento y crueldades que han sufrido de los españoles y motivado la declaración de su Independencia “.

Transcripto por Federico Ibargurem en ” Las etapas de mayo y el verdadero Moreno “. Ediciones Theoría. Buenos Aires, 1963, pág.309.4- Maurín Navarro. Fray Justo Santa María de Oro. Edición del Archivo Histórico y Administrativo de San Juan, 1960, pág.65.5- Maurín Navarro.

Precursores cuyanos de la Independencia de América y patriotas sanjuaninos de la hora inicial. Editorial Sanjuanina, 1968, pág.320.6- Ferrero, Ob. Cit., pág.12.7- Ídem, pág.12.8- Ídem, pág.12.9-Ídem, pág.12.10- Ídem, pág.12.11- A. Ramos. La bella época, Publicación del Senado de la Nación 2006, pág.236.12- Ferrero, Ob.

Cit., pág.13.13- Ídem, pág.13.14- Ídem, pág.13. Imagen de portada: Patio de la Casa de Trejo, Universidad Nacional de Córdoba. Fuente: ahoraeducacion.com

¿Cómo se dio la reforma de Córdoba?

El legado de la Reforma Universitaria de Córdoba después de 100 años se analizó en un foro El Departamento de Ciencias Sociales de la Escuela Politécnica Nacional, realizó el foro Reforma Universitaria de Córdoba: 100 años después, con la participación de expertos de varias universidades nacionales. Cómo Era La Córdoba Donde Nació La Reforma Universitaria Asistentes al foro. Durante dos días, cinco foros, sirvieron de herramienta para transmitir conocimientos, sobre la Reforma Universitaria de Córdoba, a más de 60 personas que se hicieron presentes. Los temas principales se relacionaban a la influencia de esta Reforma en la universidad ecuatoriana, principios universitarios y actual modelo de universidad, la herencia del documento de Córdoba en los movimientos estudiantiles, vinculación con la sociedad y misión social de la universidad, entre otros.

Cabe destacar que la Reforma Universitaria de Córdoba fue un movimiento de proyección latinoamericana para democratizar la universidad y otorgarle un carácter científico, que se inició con una rebelión estudiantil en la Universidad Nacional de Córdoba de Argentina que se extendió entre marzo y octubre de 1918, durante el cual se produjeron violentos enfrentamientos entre reformistas y católicos.

Los principios fundamentales de la Reforma Universitaria son:

Autonomía universitaria Cogobierno Extensión universitaria Acceso por concursos y periodicidad de las cátedras Libertad de cátedra, cátedra paralela y cátedra libre Gratuidad y acceso masivo Vinculación de docencia e investigación Inserción en la sociedad y rol de la universidad Solidaridad latinoamericana e internacional Unidad obrero-estudiantil

A continuación, compartimos las declaraciones del Eco. Andrés Rosero, jefe del Departamento de Ciencias Sociales de la Escuela Politécnica Nacional, durante el evento. : El legado de la Reforma Universitaria de Córdoba después de 100 años se analizó en un foro

¿Cuándo fue la Reforma de Córdoba?

ARTÍCULO ORIGINAL La Reforma universitaria de Córdoba: pionera en el legado latinoamericano de universidad popular Cordoba University Reform: A Pioneer in the Latin American Legacy of Popular University María Elena del Huerto Marimón Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas (UCMM), Cuba.

  • RESUMEN El programa de la Reforma universitaria de Córdoba, esbozado en 1918, constituye un paradigma para la proyección de las universidades latinoamericanas hacia su entorno social, la preocupación por los problemas nacionales y la unidad del continente.
  • El presente estudio realiza un análisis crítico sobre la repercusión de dicho programa y sus postulados en el devenir histórico de la universidad latinoamericana y, en especial, de Cuba.

Se obtuvieron aportes en el marco teórico-conceptual relacionados con la evolución del concepto de extensión y su operalización, sobre todo en el fortalecimiento de la función social de esta institución a través de tal proceso universitario, en cuanto a las transformaciones experimentadas en su perspectiva e interacción universidad- sociedad.

PALABRAS CLAVE : universidad latinoamericana, extensión universitaria, reforma universitaria. ABSTRACT The program of Cordoba university reform, designed in 1918, constitutes a paradigm for the Latin American universities´ projection towards their social environment, the concern for national issues and the continent´s union.

The present study performs a critical analysis on the impact of such program and its theories in the history of the Latin American university, especially Cuba. Several contributions were achieved in the theoretical-conceptual framework related with the evolution of the extracurricular concept, mostly in terms of the strengthening of the institution´s social function through the university process as to the transformations undergone regarding its perspective and university-society interaction.

  1. EYWORDS : Latin American university, university extracurricular activities, university reform.
  2. Antecedentes En el ámbito latinoamericano, la universidad emerge como institución tiempo después de producirse el “descubrimiento”, la conquista y la colonización.
  3. De este modo, en 1538 se funda la Universidad de Santo Domingo, en 1551 la de San Marcos de Lima y la de México en 1553.

Estas universidades se dedicaron a la formación de personal, desde la óptica religiosa y política, según las necesidades del contexto cultural de la metrópoli. Fue Simón Rodríguez, el maestro del Libertador Simón Bolívar, quien por primera vez comenzó a utilizar el concepto de extensión cultural, lo que se denominaría extensión universitaria, vinculado al desarrollo pleno del individuo en su más amplia dimensión.

  1. Para ello, propuso formar juntas a todas las capas sociales del país.
  2. Por supuesto, esto no fue aceptado por las oligarquías de la época.
  3. Entre sus ideas fundamentales estaban la creación de centros culturales, el diseño de programas de divulgación progresistas y la reafirmación de la identidad cultural.

Otro momento esencial en el devenir histórico de la actividad difusora de la universidad latinoamericana estuvo asociado a la figura de José Martí (1963), quien expresara en su obra “Nuestra América” que “la Universidad europea tal y como había sido concebida originalmente no tenía cabida en América y debía ceder paso a la Universidad americana” (p.46).

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Martí avizoró la necesidad de una actividad difusora con voz propia para las universidades latinoamericanas, que se insertara en el contexto de la realidad continental, lo que no excluía la transmisión de los mejores valores de la cultura universal. Con posterioridad, el mexicano José Vasconcelos realiza una contribución admirable al concepto de extensión cultural hacia la sociedad en su totalidad.

Para este objetivo promovió la creación de instituciones que sistematizaron las relaciones entre la universidad y la población. A principios del siglo XX, se producen hechos aislados de extensión cultural en algunos países de América Latina, en el contexto de luchas protagonizadas por fuerzas exógenas a la universidad (clases pobres y medias), lo que provoca que la academia asuma el factor social como prioritario en sus intentos por romper con el esquema de universidad elitista.1.

Programa de la Reforma universitaria de Córdoba No fue hasta la Reforma de Córdoba, en Argentina (1918), que por primera vez se empleó en América Latina el término extensión cultural universitaria como función consustancial a la universidad. Con este hecho se inicia una nueva etapa en la evolución del concepto de extensión universitaria y se produce un rompimiento con los moldes obsoletos de la herencia tradicional, en el marco de cambios sociales que sirvieron de motor impulsor a esta nueva concepción.

El programa comprendió un conjunto de postulados entre los que se destacan la autonomía universitaria, la elección de los cuerpos directivos de las instituciones, la provisión de cargos profesorales por concurso de oposición, la libertad de cátedra, la gratuidad de la enseñanza, la reorganización académica, la asistencia social estudiantil, la vinculación con el sistema educativo nacional y el fortalecimiento de la función social de la universidad, a través de la extensión y la unidad latinoamericana.

El presente análisis centrará su atención en este último punto. En Argentina, estas ideas fueron abrazadas por los más progresistas y revolucionarios del estudiantado de la época y por otras fuerzas sociales. Se asume así el propósito de fortalecer la función social de la universidad mediante el desarrollo del trabajo extensionista.

Un momento crucial en la conceptualización de la actividad de extensión universitaria fue la definición esbozada en el programa de la Reforma universitaria de Córdoba que la concibe como “el fortalecimiento de la función social de la Universidad, proyección al pueblo de la cultura universitaria y preocupación por los problemas nacionales” (Tunnerman, 2008, p.8).

Al hacer un análisis crítico de esta concepción, es justo destacar su condición de pionera en el ámbito latinoamericano en cuanto a la preocupación por insertar a la universidad en el contexto social, así como asumir un sentido de responsabilidad por los problemas económicos, políticos, sociales y culturales de carácter nacional.

Uno de sus principales logros fue el planteamiento de crear universidades populares, influencia que llega hasta Cuba bajo la inspiración de Julio Antonio Mella. Por primera vez se asume a la universidad como institución abierta a las masas, de acceso para los trabajadores, basada en un ideal de transformación.

  • A partir de este momento se comienzan a lograr avances en este sentido, inspirados en el paradigma de dicha reforma.
  • Se pueden destacar como tendencias fundamentales el hecho de que se planeara extender la cultura universitaria hacia la comunidad y la nación.
  • Se produce un mayor acercamiento de la intelectualidad de avanzada con el sector obrero y campesino.

Por otra parte, se potencia el desarrollo cultural interno de las universidades y se asume la extensión como una regularidad, con un enfoque más abarcador de la función social de la institución; no obstante, esto se concretó más en la legislación que en la actividad práctica.

  • Un ejemplo de esta influencia estuvo marcada en los postulados de la Primera Conferencia Latinoamericana de Extensión Universitaria y Difusión Cultural, celebrada en Chile en 1957, en la cual se aprueba oficialmente el concepto de extensión universitaria y difusión cultural.
  • En este cónclave se hizo énfasis en que el trabajo de extensión debía orientarse a la proyección social de los conocimientos, estudios e investigaciones de la universidad, lo que favorecería así la participación masiva de dichas instituciones en la actividad cultural en su sentido más amplio.

En la conferencia se define también el concepto de extensión universitaria con una proyección social basada en los postulados de la reforma. Es misión y función orientadora de la Universidad Contemporánea, entendida como ejercicio de la vocación universitaria, se funda en el conjunto de estudios y actividades filosóficas, científicas, artísticas y técnicas, mediante el cual se auscultan, exploran y recogen del medio social, nacional y universal, los problemas, datos y valores culturales que existen en todos los grupos sociales tiene como finalidad proyectar dinámica y coordinadamente la cultura y vincular a todo el pueblo con la Universidad debe estimular el desarrollo social, elevar el nivel espiritual, intelectual y técnico de la nación, proponiendo imparcial y objetivamente, ante la opinión pública, las soluciones fundamentales a los problemas de interés general, tiene por misión proyectar, en la forma más amplia posible y en todas las esferas de la nación, los conocimientos, estudios e investigaciones de la Universidad, para permitirles a todos participar en la cultura universitaria, contribuir al desarrollo social y a la elevación del nivel espiritual, moral, intelectual y técnico del pueblo (UDUAL, 1957, p.5).

  1. Sin lugar a dudas, se trata de una visión integradora, en la que se comienza a destacar la importancia del factor organizativo e interactivo con la comunidad, desde la universidad hacia la sociedad.
  2. Por tanto, constituye una definición avanzada para su época.
  3. Otro momento crucial fue la Segunda Conferencia Latinoamericana de Difusión Cultural y Extensión celebrada en México en 1972.

En ella se esbozó también una definición de la extensión universitaria inspirada en dicha proyección social, la cual se expresa como “la interacción entre la Universidad y los demás componentes del cuerpo social, a través del cual, esta asume y cumple sus compromisos de participación en el proceso de creación de la cultura y de la liberación y transformación radical de la comunidad nacional” (UDUAL, 1972, p.6).

Este concepto refuerza la dimensión social de la extensión universitaria, pues se concentra, sobre todo, en el discurso filosófico-político de análisis del problema en sus aspectos más esenciales. Algo similar ocurre con el examen crítico que sobre este aspecto realiza Paulo Freire y Augusto Salazar Bondy, quienes tienen el mérito de profundizar en la visión bidireccional o de comunicación que debe tener la extensión, de modo que formulan el siguiente concepto: La extensión es educativa.

Es por esto que la primera reflexión crítica de este estudio viene incidiendo sobre el concepto mismo de extensión, sobre su “campo asociativo” de significado. De este análisis se desprende claramente que el concepto de extensión no corresponde a un quehacer educativo liberador educar y educarse en la práctica de la libertad, no es extender algo desde la “sede del saber” hasta la “sede de la ignorancia”, para salvar con este saber a los que habitan en aquella.

Al contrario, educar y educarse en la práctica de la libertad es tarea de aquellos que saben que poco saben es un diálogo con aquello que casi siempre piensan que nada saben, para que estos, transformando su pensar que nada saben en pensar que poco saben, puedan igualmente saber más (Freyre, 1973, p.4).

En el caso de Salazar Bondy (1973), se hace énfasis particular en que: El término extensión, en su uso universitario más común, está ligado y no fortuitamente, a la idea de un centro intelectual desde el cual, como foco, se irradian hacia el exterior la ciencia, la tecnología y el arte es una acción destinada a poner a todos los hombres en la condición de desalinearse y, consecuentemente, de poder contribuir como seres autónomos a la creación cultural y a la liberación social.

  • La difusión cultural, como toda educación, para ser auténtica realización humana, tiene que ser liberadora y para ser liberadora tiene que ser concientización.
  • La concientización implica el despertar de la conciencia crítica de los hombres sobre su situación real histórica y la decisión consecuente de actuar sobre la realidad, es decir, un compromiso de acción transformadora para realizar la razón de la sociedad (p.11).

Otro ejemplo de la influencia y trascendencia de los postulados del programa de la reforma lo constituyen las definiciones acordadas en el Foro Nacional de Prorrectores de Extensión Universitaria celebrado en Brasil en el año 1987, en el cual se conceptualiza como “un proceso educativo, cultural y científico que articula la enseñanza y la investigación de forma inseparable y viabiliza la relación transformadora entre la universidad y la sociedad” (p.2).

A su vez, la propuesta realizada por el Consejo Interuniversitario Nacional de Argentina, efectuado en el año 1997, concibe a la extensión como “un proceso de comunicación entre la universidad y la sociedad, basado en el conocimiento científico, tecnológico, cultural, artístico, humanístico, acumulados en la institución y en su capacidad de formación educativa, con plena conciencia de su función social” (Consejo Interuniversitario Nacional de Argentina, 1997, pp.5-6).

De acuerdo con estas nociones, la universidad debe proyectar el saber académico a la comunidad, aprender con ella y, a partir de ahí, producir un nuevo saber, un nuevo conocimiento a través de esta retroalimentación. De este modo, se permite viabilizar el intercambio permanente con la sociedad, articulada de forma inseparable con la docencia y la investigación, mediante un trabajo de participación comunitaria, con énfasis dialogal en la solución de sus problemas.

  1. Es posible afirmar que el programa de la Reforma de Córdoba constituyó un nuevo paradigma que propició avances conceptuales en el continente y modos de actuación en correspondencia con la comprensión del papel dinámico e integrador de la cultura y su función social.
  2. Esta concepción ya no se limita a la antigua idea de ver a la cultura como una tarea individual, de refinamiento espiritual, sino como el conjunto orgánico de las manifestaciones creadoras de una sociedad, el conjunto de bienes, actividades y actitudes que conforman la fisonomía de un pueblo y la extensión como el proceso universitario que la promueve.

Los Congresos Iberoamericanos y del Caribe de Extensión, en los que Cuba fue líder en el año 1996 y, posteriormente, la creación de la Unión Latinoamericana de Extensión Universitaria (ULEU) han planteado la necesidad de afianzar en las universidades latinoamericanas: La relación y la complementariedad de la docencia, la investigación y la extensión, esta última considerada como el medio que le permitirá a la Universidad enarbolar la bandera del americanismo frente a la globalización A través de ella, la Universidad eleva su compromiso de transformación, cambio social y mejoramiento de la calidad de vida en la comunidad y le da cumplimiento, ya que el desarrollo de acciones tendientes a la democratización, regionalización, integración e innovación, genera para la institución y para su entorno, una relación de pertenencia, pertinencia e identidad (ULEU 1998, p.2).

Como se observa en la cita anterior, es evidente el carácter integrador de la actividad de extensión para los procesos componentes de la vida universitaria, lo que consolida su papel más dinámico en su interacción con el entorno, expresado a través del compromiso social que corresponde a la universidad.

En general, los aspectos tratados han tenido gran repercusión en el desarrollo histórico y la situación actual de la universidad cubana.2. Influencia del programa de la Reforma de Córdoba en la universidad cubana En 1902, luego de cuatro años de ocupación militar norteamericana, nace la República neocolonial.

  1. En este nuevo periodo comienzan a sentirse aires renovadores, primero en 1910 y luego durante la década del 20, como resultado de la influencia de la reforma universitaria, sobre todo la de Córdoba.
  2. En dicho contexto se destaca la labor realizada por el joven líder estudiantil Julio Antonio Mella, quien creó la Universidad Popular José Martí en 1923, la cual cambió el esquema exclusivista de la universidad para sí misma y comienza a llevar la luz de la cultura a las masas trabajadoras, ello propició al mismo tiempo un nuevo espacio de vínculo entre la intelectualidad y la clase obrera.

A partir del triunfo revolucionario de 1959 se dan las verdaderas condiciones para iniciar una reforma universitaria que permitiera poner al servicio de la sociedad los principales logros de todas las ramas del saber y la creación humana, es decir, de la cultura en su conjunto.

En 1962 se puso en vigor la reforma universitaria en Cuba, la cual definió el importante papel de esta institución en la elevación del nivel cultural de la sociedad. Dentro de este contexto, comienzan a formarse en cada centro de educación superior las comisiones de extensión universitaria, con el objetivo de desarrollar actividades variadas, tanto dentro de la propia universidad como en otros sectores de la población.

La reforma universitaria implicó un vuelco total, una acción transformadora radical que, aún cuando inicialmente no se había declarado el carácter socialista de la Revolución cubana, ya evidenciaba su rasgo de profundo cambio social. Su alcance se determinó a partir de tres elementos básicos: qué se va a estudiar, cómo se va a estudiar y quiénes van a estudiar.

  1. A partir de estos conceptos, se define el contenido eminentemente revolucionario de la nueva universidad cubana, en estrecha integración con los grandes procesos populares y con total identificación y participación en la obra en marcha.
  2. De manera que en la reforma se establece que la esencia de la comisión de extensión universitaria abarque lo siguiente: Será fundamentalmente un órgano de integración de la Universidad y el pueblo.

La Comisión establecerá los medios adecuados para que la cultura universitaria llegue a las masas populares en forma eficaz, así como para que las necesidades de estas, en lo que atañe a su progreso educacional y técnico sean bien conocidas por la Universidad, mediante la participación de representantes de organizaciones de obreros, campesinos y empleados en las deliberaciones acerca de los programas, ciclos y cursos a desarrollar, y contribuirá a la divulgación de la cultura por toda la nación organizará cursillos de temporada y fomentará, a través de las Facultades la creación de círculos de estudios especializados, con el fin de divulgar las ideas científicas, tecnológicas y culturales más relevantes,

  • Estas ideas indican la esencia de los logros alcanzados por la universidad revolucionaria en la Cuba actual y convierten en realidad la visión aguda de Mella y los luchadores de su tiempo, inspirados en los postulados de la Reforma de Córdoba.
  • Esta radical transformación ya avizora en sí misma los principios y el carácter del proceso de cambio que se desarrollará a partir de entonces en la educación superior cubana.

Caracterizada en la década del 60 por la consecuente realización de algunos de los principales postulados de la reforma universitaria, la universidad cubana se abre a las grandes masas populares y el conocimiento llega a las capas más humildes de la sociedad como parte del propio proceso revolucionario que viene sucediendo desde 1959.

La interacción flexible entre alumnos y profesores, entre académicos y sectores populares, el diálogo permanente por otros canales de comunicación, la promoción y orientación de la vocación hacia el disfrute y creación del arte y la literatura, la ciencia, la técnica y las más amplias formas de producción cultural, según los nuevos cánones que inaugura la universidad cubana en Latinoamérica y el mundo, constituyen elementos claves en todo proceso democrático-popular.

La década del 70 se caracterizó por el incremento de la matrícula y el número de graduados de la universidad con la consiguiente fundación de nuevas instituciones, filiales, sedes y unidades docentes que difunden la labor universitaria en diferentes regiones del país, por lo que se llevó a la práctica los principios de la reforma.

En la siguiente década se establecieron programas de desarrollo que respondían a las vertientes principales de actividad en la educación superior durante la etapa. Se mantiene el concepto amplio de cultura y se perfecciona. Se efectúa la formación cultural integral de los futuros egresados, de acuerdo con los objetivos de la sociedad socialista, a partir de su vinculación sistemática con tareas educativas de variado orden.

La década del 90 resulta una etapa compleja desde el punto de vista económico-social. En este periodo se fortalece el vínculo de la universidad con la comunidad, al insertarse en el trabajo de los Consejos Provinciales de Extensión Universitaria, los cuales agrupan a todos los factores en determinado territorio y están representados en la máxima instancia por su Consejo Nacional.

La extensión se define como una de las dimensiones fundamentales dentro del Proyecto Educativo de la Educación Superior cubana contemporánea, conjuntamente con la dimensión curricular y la sociopolítica. Resulta de suma importancia la reevaluación de lineamientos rectores, así como su adecuación a las actuales condiciones imperantes en el país y al nivel de madurez alcanzado en esta esfera.

El Proyecto Integral de Trabajo Educativo (PITE) de la educación superior constituye un documento normativo de formulación teórica-integradora de toda la actividad formativa de las IES, el cual, a través de sus tres dimensiones interrelacionadas (curricular, sociopolítica y extensión) refleja el paradigma de lo esbozado en la reforma universitaria, en cuanto a la proyección de las universidades hacia su entorno, función social y compromiso con las necesidades del pueblo.

Este documento se ha ido perfeccionando y concreta en la práctica universitaria un conjunto de políticas y lineamientos esenciales del proyecto social cubano. Es en este contexto donde resalta el papel de la extensión universitaria como una importante función social de las IES y un proceso formativo integrador de los vínculos universidad-sociedad; o sea, entre las diversas formas de la cultura universitaria y su entorno comunitario, regional y nacional.

Su desarrollo continuo es vital en la formación de una sociedad preparada para asimilar los diferentes escenarios. Al respecto, se destaca en la “Declaración final” del I Encuentro Latinoamericano de Extensión Universitaria celebrado en Cuba que “la Extensión es el ineludible vínculo de contenido ético que relaciona al hombre en proceso de profesionalización con el hombre participativo y responsable de su ámbito social” (Ministerio de Educación Superior, 1996, p.53).

Un momento esencial en dicha proyección social y transformadora fue el contexto de la Batalla de Ideas y los Programas de la Revolución, lo que constituyó un peldaño superior dentro de la reforma universitaria que se viene dando en Cuba desde el triunfo revolucionario. Sin embargo, en cierta etapa del devenir histórico han prevalecido tendencias que se alejan de este concepto amplio, multifacético y abarcador y constituyen visiones más reduccionistas.

Dichas apreciaciones se han ido superando por aproximaciones sucesivas en el terreno teórico y práctico y se ha rescatado la plena validez de la concepción integradora, con marcada influencia en lo esbozado en el Programa de la reforma y en plena correspondencia con el proceso sociopolítico que se viene desarrollando en nuestro país.

  • Por otro lado, se considera como una oportunidad la universalización de la educación superior que se implementó en el país como concepto aplicado e implicó necesariamente un cambio radical en toda la estructura y en la concepción centralizada en ese nivel de enseñanza.
  • Este proceso no es privativo de esta etapa, pero alcanza en estos momentos las mayores dimensiones en cuanto a su proyección y alcance social.

Las nuevas modalidades de estudio, las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías de la comunicación y la informática, las exigencias culturales en torno a lograr un egresado con una sólida cultura general integral son algunos de los aspectos que tipifican la universalización y exigen un redimensionamiento de la universidad hacia su entorno.

Según el desarrollo alcanzado por la universidad revolucionaria cubana, en plena armonía con los postulados esbozados por el Programa de la reforma y en constante adecuación y perfeccionamiento, así como la experiencia adquirida en la práctica a través de la labor desarrollada en el área de extensión universitaria, es posible identificar la importancia de tales transformaciones que se conceptualizan de la manera siguiente: Es un proceso formativo integrador y sistémico, basado en la interacción cultural del quehacer universitario en comunicación bidireccional permanente con la sociedad, incluyendo la comunidad universitaria, orientado a la transformación social y que responde a necesidades concretas en un momento determinado, posee objetivos y contenidos propios, se realiza a través de diferentes métodos, necesita medios y recursos adecuados y de mecanismos de planificación y evaluación sistemática para su perfeccionamiento (Del Huerto, 2006, p.31).

En este concepto se hace énfasis en el carácter predominantemente bidireccional universidad-sociedad, en cuanto a la comunicación con todos los factores que en él están involucrados, tanto dentro como fuera del marco universitario. Durante el presente siglo, la educación superior cubana continúa consolidando lo logrado por la universidad revolucionaria, ello se puede constatar a través de todos los documentos rectores y su accionar.

Un ejemplo lo constituye el Sistema Universitario de Programas de Acreditación de la República de Cuba, el cual constituye el instrumento fundamental para evaluar y acreditar la calidad de los programas e instituciones de educación superior del país. Dicho sistema establece un patrón de calidad que funciona como un referente o “deber ser” para la gestión de las IES.

Plantea como una de las variables fundamentales la interacción social que: Comprende todos los procesos universitarios a través de los cuales la universidad interactúa estrechamente con la sociedad, evidenciando la pertinencia de su quehacer con el entorno.

Se manifiesta a través de las respuestas que el centro brinda a la demanda de profesionales, tanto a nivel local, territorial como nacional, a través de las actividades de investigación y servicios científicos, desarrollo e innovación que se realizan, del sistema de postgrado en estrecha relación con las líneas y proyectos de investigación, de la gestión que desarrolla para la capacitación y superación de los profesionales del territorio y del país, y a través de los proyectos extensionistas que propician el desarrollo cultural y económico de las comunidades, todo ello teniendo en cuenta las estrategias para el desarrollo sostenible y la protección ambiental existen políticas efectivas para garantizar la matrícula en todo tipo de curso y amplio acceso a la educación superior de la población en general (MES, 2015, p.21).

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Lo mencionado anteriormente expresa la continuidad y perfeccionamiento de la labor de las universidades cubanas en correspondencia con los propósitos de la reforma y el proyecto social cubano; lo que representa esta vocación sociohumanista, de pertinencia, compromiso e impacto social, aspectos esenciales a tener en cuenta a la hora de evaluar y acreditar su calidad.

Lo más estable en este movimiento reformista es precisamente el cambio, como expresa la Dra. Elvira Martín Sabina (2008) con relación a su enfoque dialéctico, se puede concluir que “la reforma universitaria no es una cristalización permanente, no es una ley o un decreto, no es un orden estático. Es una función dinámica, un proceso continuo de adaptaciones y reajustes, que debe seguir muy de cerca el incesante flujo del progreso humano.

La reforma ha de concebirse, pues, como un movimiento que no se detiene jamás, como una actitud perpetua de renovación y superación” (p.127). Conclusiones El análisis histórico realizado permite aseverar que el programa de la Reforma de Córdoba simboliza la génesis de un movimiento dinámico hacia la nueva universidad transformadora y comprometida con su realidad social.

Permitió una transición en el marco teórico-conceptual y práctico del rol de dichas instituciones y, en especial, del proceso de extensión universitaria, desde una concepción estrecha a una más amplia y abarcadora. En Cuba, este programa ha sido referente esencial para el paradigma de universidad popular esbozado por el líder estudiantil Julio Antonio Mella, cristalizado con el proyecto sociopolítico del Gobierno revolucionario cubano a partir de 1959, con la conducción del Comandante Fidel Castro Ruz.

La universidad se mantiene en constante desarrollo, hecho que se ha podido constatar en el perfeccionamiento de sus principales documentos normativos y de su propio accionar en correspondencia con las necesidades que exige la sociedad en cada momento histórico.

  1. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS CONSEJO INTERUNIVERSITARIO NACIONAL (1997): “Declaración final”, Buenos Aires.
  2. DEL HUERTO MARIMÓN, MARÍA ELENA (2006): “Proyección estratégica de la extensión universitaria en la Facultad de Ciencias Médicas de Matanzas”, tesis de doctorado, Universidad de Ciencias Médicas, Matanzas.

FORO NACIONAL DE VICERRECTORES DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA (2012): “Declaración final”,, FREYRE, PABLO (1973): ¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio rural, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires. MARTÍ PÉREZ, JOSÉ (1963): “Nuestra América”,,

MARTÍN SABINA, ELVIRA (2008): “La Reforma de Córdoba. Impactos y continuidad en las experiencias de la República de Cuba”, documento inédito del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales CLACSO, La Habana. MES (1962): Programa de la reforma universitaria en Cuba, Universidad de La Habana, La Habana.

MES (1996): Declaración final, I Encuentro Latinoamericano de Extensión Universitaria, MES, La Habana. MES (2015): Junta de Acreditación Nacional. Sistema de evaluación y acreditación de instituciones de educación superior (SEA-IES), Editorial Félix Varela, La Habana.

SALAZAR BONDY, AUGUSTO (1973): “Dominación y extensión universitaria”, Universidades, n.o 51, UDUAL, México, pp.11-17. TUNNERMANN BERHEIM, CARLOS (2008): “El Programa de la Reforma Universitaria de Córdoba”,, UDUAL (1957): Memorias de la Primera Conferencia Latinoamericana de Extensión Universitaria y Difusión Cultural, UDUAL, Santiago de Chile.

UDUAL (1972): Memorias de la Segunda Conferencia Latinoamericana de Extensión Universitaria y Difusión Cultural, UDUAL, México, D.F. UDUAL (1998): “Documento de la Unión Latinoamericana de Extensión Universitaria”, ULEU,, Recibido: 5/9/2017 Aceptado: 29/9/2017 María Elena del Huerto Marimón,

¿Cuándo fue la Reforma Universitaria Córdoba?

Aunque en el umbral del siglo XX la influencia de la Universidad se extendía en múltiples ámbitos, fue a partir de 1918 cuando su carácter rector adquirió una fuerza inusitada. En consonancia con los acontecimientos que vivían el país y el mundo, en junio de 1918 la juventud universitaria de Córdoba inició un movimiento por la genuina democratización de la enseñanza, que cosechó rápidamente la adhesión de todo el continente.

Esta gesta, conocida como Reforma Universitaria, es uno de los mitos de origen de la Córdoba del siglo XX, y uno de los puntos de partida de su entrada en la modernidad. La utopía universitaria del ’18 se anticipó medio siglo al “Mayo Francés” y extendió su influencia a todas las universidades argentinas y latinoamericanas.

Las reivindicaciones reformistas bregaban por la renovación de las estructuras y objetivos de las universidades, la implementación de nuevas metodologías de estudio y enseñanza, el razonamiento científico frente al dogmatismo, la libre expresión del pensamiento, el compromiso con la realidad social y la participación del claustro estudiantil en el gobierno universitario.

¿Por que surge la Reforma Universitaria?

Fuente: Felipe Pigna, Los mitos de la historia argentina 3, Buenos Aires, Planeta 2006, págs.46-51. – Hasta la llegada del radicalismo al gobierno sólo los hijos del poder accedían a las universidades, que eran un instrumento esencial de control ideológico y garantizaban la continuidad del sistema, educando, en los mismos valores de sus padres, a los futuros dirigentes de un país al que consideraban una propiedad privada.

  • En 1918 en la Argentina existían solamente tres universidades nacionales: la de Córdoba, fundada en 1613, la Buenos Aires, fundada en 1821 y la de La Plata, de 1890.
  • La matrícula de las tres juntas llegaba por aquel entonces a catorce mil alumnos.
  • La Ley Electoral y la llegada al poder del radicalismo alentó las esperanzas de la clase media de acceder a una aspiración natural, fomentada y frustrada a la vez, por la lógica histérica del sistema capitalista: el ascenso social de sus hijos por medio del ejercicio de profesiones liberales.

El sistema universitario vigente era obsoleto y reaccionario. Los planes de estudio estaban décadas atrasados. En la Universidad de Córdoba la influencia clerical era notable y los egresados, independientemente de su credo, debían jurar al recibirse, obligatoriamente, sobre los santos evangelios. Valga como ejemplo del atraso, el programa de filosofía de la cátedra del doctor Ignacio Garzón, en cuya “bolilla” 16 se hablaba de los “deberes para con los siervos”.

  • Todo empezó a fines de 1917 cuando las autoridades de la Universidad de Córdoba decidieron modificar el régimen de asistencia a clase y cerraron el internado del Hospital de Clínicas.
  • Esto llevó a la movilización de los estudiantes que crearon un “Comité pro Reforma” integrado por ocho delegados de las facultades de Medicina, Derecho e Ingeniería.

Presidido por el estudiante de Derecho Horacio Valdés y el de Medicina Gumersindo Sayazo, el comité declaró la huelga general estudiantil el 31 de marzo de 1918, en un acto en el Teatro Rivera Indarte. Frente al reclamo de los estudiantes, el 2 de abril, el “democrático” Consejo Superior decidió clausurar la universidad.

El comité estudiantil redactó un memorial con sus reclamos y se lo envió al ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación, José S. Salinas: “No sólo es el régimen orgánico de los estudios superiores que precisa modificase: es urgente la renovación del profesorado, en forma que asegure la competencia de los docentes designados; es indispensable la reforma de los planes de estudio para modernizar y mejorar la enseñanza, y queremos, por fin, los estudiantes, otra organización disciplinaria, menos meticulosa, más sincera y más útil.

Todo ello, a nuestro juicio, si no es secundario, tiene como base la reforma de la constitución universitaria, que, entregando hasta la fecha, a unos pocos el gobierno de la casa, mediante las academias vitalicias, ha substraído la universidad a las innovaciones que su propio progreso necesita”.1 La Reforma se iba tornando sanamente contagiosa y en Buenos Aires se constituía la Federación Universitaria Argentina (FUA), presidida por Osvaldo Loudet, con Julio González (La Plata) como secretario y los vocales Guillermo Watson (Buenos Aires), Humberto Gambino (Litoral), Alejandro Terrera (Tucumán) y Gumersindo Sayago (Córdoba).

En Córdoba los estudiantes disolvieron el Comité pro Reforma y fundaron la Federación Universitaria de Córdoba (FUC). Por su parte, los sectores reaccionarios, horrorizados por la “insolencia” de la movilización estudiantil, cerraron filas bajo el nombre de “Comité pro Defensa de la Universidad” y en los centros Católicos de Estudiantes, con Pedro Tilli como presidente y Atilio Dell’Oro Maini como secretario.

Una delegación de estudiantes viajó a Buenos Aires y se entrevistó con el presidente Yrigoyen, quien nombró interventor al procurador general de la Nación, José Nicolás Matienzo. A poco de llegar a Córdoba, el interventor comprobó la veracidad de las denuncias de los estudiantes y presentó un proyecto de reformas al estatuto reconociendo que “la actual inamovilidad de los cuerpos directivos de las facultades, compuestos de miembros vitalicios que proveen de su propio seno los cargos de rector, de decanos y de delegados al Consejo Superior, ha producido una verdadera anquilosis al organismo universitario”.2 El informe Matienzo dio sus primeros frutos y a través de un decreto del presidente Yrigoyen del 6 de mayo se decidió la elección, por parte de los docentes, del consejo y del rector.

Ante estas medidas los profesores más ultramontanos renunciaron a sus puestos, lo que le facilitó la tarea a Matienzo, que al declarar vacantes los cargos de rector, decanos y académicos con antigüedad superior a dos años, logró que sólo sobrevivieran a la purga siete profesores de la vieja guardia.

El 28 de mayo fue un día histórico para la universidad argentina: por primera vez se votaron democráticamente los cargos docentes de una casa de altos estudios y resultó electa una mayoría de profesores cercanos al ideario de la FUC. Pero faltaba dar el paso más importante: la elección del rector.

  • Los estudiantes nucleados en la FUC tenían su candidato, el doctor Enrique Martínez Paz, y lanzaron su candidatura en un acto en el Teatro Rivera Indarte.
  • La “contrarreforma” impulsaba a Antonio Nores y los “moderados”, a Alejandro Centeno.
  • En las dos primeras votaciones ningún candidato alcanzó la mayoría, y para la tercera los partidarios de Nores consiguieron los votos de Centeno y derrotaron por veinticuatro a trece a Martínez Paz.

El edificio donde se realizaba la elección estaba rodeado por cientos de estudiantes, que al enterarse de la maniobra que tramaban los conservadores, invadieron la sala donde sesionaba la Asamblea destrozando todo lo que pudieron, tirando por las ventanas los cuadros de los profesores, muchos de ellos sacerdotes.

  1. Lo único que quedó en pie y se respetó fue la biblioteca.
  2. Se proclamó nuevamente la huelga general, la revolución universitaria y la universidad libre.
  3. Los estudiantes marcharon por la ciudad recibiendo el apoyo de la población en general y del movimiento obrero en particular.
  4. Cuando el rector electo Antonio Nores intentó asumir sus funciones volvieron a producirse incidentes.

Finalmente se reunió en su despacho con miembros de la FUC, quienes le solicitaron la renuncia, a lo que, según algunas versiones, el “democrático” rector contestó que prefería un tendal de cadáveres, antes que renunciar. Mientras tanto, ordenaba a la policía la detención de sus interlocutores.

El accionar de los estudiantes cordobeses obtuvo la adhesión de sus pares porteños, de distintas organizaciones obreras y de políticos e intelectuales destacados como Homero Manzi, Alfredo Palacios, Francisco Borroetaveña, Juan Zubiaur, José Ingenieros, Juan B. Justo, Alfredo Palacios, Juan Luis Ferrarotti, Mario Bravo, Telémaco Susini, Enrique Dickmann, Nicolás Repetto, Augusto Bunge, Antonio de Tomaso, Juan P.

Tamborín y Leopoldo Lugones. El 21 de junio los reformistas dieron a conocer el denominado “Manifiesto Liminar”, redactado por Deodoro Roca y dirigido a «los hombres libres de América del Sur”: «Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica.

  • Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen.
  • Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más () Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.
  • La juventud ya no pide.

Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa”.3 El 23 de junio la FUC convocó a un gran acto que reunió a más de quince mil personas (nueve mil, según la aritmética policial, conservadora cuando se trata de este tipo de actos), donde se leyó un documento que anunciaba que “el nuevo ciclo de civilización que se inicia, cuya sede radicará en América porque así lo determinan factores históricos innegables, exige un cambio total de los valores humanos y una distinta orientación de las fuerzas espirituales, en concordancia con una amplia democracia sin dogmas ni prejuicios”.4 El 30 de junio otra manifestación encabezada por Mario Bravo fue atacada por la policía, lo que motivó protestas de la Federación Obrera y de otras entidades y partidos políticos, inclusive la fracción “azul” del radicalismo.

  1. La permanente movilización estudiantil dio sus frutos y el 7 de agosto el medieval rector Nores presentó su renuncia.
  2. Yrigoyen decidió enviar un nuevo interventor, Telémaco Susini, futuro pionero de la radiofonía argentina.
  3. Pero la tardanza en la llegada de Susini impacientó a los estudiantes.
  4. Finalmente Susini fue reemplazado por el ministro de Educación, José Salinas, quien también demoró su llegada.

El 26 de agosto la FUC efectuó otro acto que reunió unas veinte mil personas y tuvo un fuerte contenido anticlerical. La asamblea ratificó su confianza en Yrigoyen y reclamó el inmediato envío de la intervención. Los ánimos seguían caldeados y se decidió la toma de la universidad hasta tanto llegara la intervención.

  • El 9 de septiembre los estudiantes tomaron la Universidad, y asumieron interinamente su conducción.
  • Se daba por terminada la huelga.
  • Todo era entusiasmo en aquella experiencia autogestionaria y siguiendo el espíritu de integración de la Universidad con la sociedad, se invitaba al pueblo cordobés a la reapertura del ciclo lectivo.

Pero los sectores reaccionarios seguían siendo muy poderosos en aquella Córdoba del 18 y la multitudinaria y emotiva ceremonia fue interrumpida por un contingente de unos cien policías y soldados que irrumpieron a golpes y bayonetazos y detuvieron a los ocupantes que fueron procesados acusados de sedición.

Los hechos de Córdoba despertaron al interventor Salinas, que finalmente viajó a asumir su cargo y “aceptó las renuncias” de varios profesores, entre ellos Nores, que había pasado de rector a profesor. Salinas llevó adelante una prolija tarea de reorganización y reabrió el internado en el Hospital de Clínicas.

Las vacantes producidas por los renunciantes fueron cubiertas por algunos reformistas como Deodoro Roca y Arturo Capdevila. Con el aval de la FUC fue electo rector el doctor Eliseo Soaje. () El movimiento universitario reformista renovó los programas de estudio, posibilitó la apertura de la universidad a un mayor número de estudiantes, promovió la participación de estos en la dirección de las universidades e impulsó un acercamiento de las casas de estudios a los problemas del país.

  1. Implantó el cogobierno de la Universidad por graduados, docentes y alumnos; la libertad de cátedra y la autonomía.
  2. Los efectos de la reforma se extendieron a toda Latinoamérica e influyeron en destacados dirigentes de la región, como fue el caso del peruano Raúl Haya de La Torre, creador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA).

Cuando en 1968 los estudiantes de París lanzaron su movimiento, en varios de sus manifiestos recordaban las heroicas jornadas de aquella Córdoba de cincuenta años atrás. El gobierno de Yrigoyen apoyó decididamente la Reforma y colaboró para que se extendiera por el país.

  • La nueva Universidad del Litoral, creada en 1919, y la de Tucumán, fundada en 1921, nacerán con el espíritu reformista.
  • Los estatutos de la Universidad del Litoral fueron consensuados entre graduados, docentes y estudiantes, por eso fue llamada, con justicia, la Universidad de la Reforma.
  • Lamentablemente este espíritu no pudo mantenerse durante mucho tiempo porque el acceso al gobierno de los sectores gobernadores del radicalismo con Alvear en 1922 significó un retroceso y la vuelta a las cátedras de profesores reaccionarios contrarios a la Reforma.

Referencias:

¿Qué pedian los estudiantes de Córdoba?

La reforma universitaria, el movimiento de Córdoba y sus repercusiones en Colombia Eduardo Pastrana Rodríguez* Universidad Santiago de Cali. Santiago de Cali, Cali. Colombia. [email protected] Resumen El Movimiento de Córdoba aparece como un espacio político y cultural esperanzador.

  1. Desde esta perspectiva, nos proponemos esbozar algunos aspectos de este movimiento único en América Latina, el cual marcaría un límite entre la tradición y la modernidad.
  2. Sus efectos en las reformas contemporáneas de la universidad colombiana son tomados en cuenta dada su polémica adopción y sus efectos contrarios al pensamiento cordobés.

Palabras clave: reforma universitaria, organización, pensamiento, luchas y actores. University reform, the Cordoba movement and its repercussions in Colombia Abstract The Cordoba Movement appears as a hopeful political and cultural space. From this perspective, we aim to outline some aspects of this unique movement in Latin America which would mark a limit between tradition and modernity.

  1. Its effects on contemporary Colombia University’s reforms are taken into account given its controversial adoption and its effects, contrary to Cordoba’s way of thinking.
  2. Ey words: university reform, organization, thinking, fights and actors.
  3. Recibido: 9 de mayo de 2008 / Aceptado: 10 de junio de 2008 E n la décadas finales del sigo XIX, la dirigencia culta de América cuestionaba la universidad heredada de la Colonia, por confesional, anacrónica y aislada de la Ciencia y de la Educación Superior.

En 1983, José Martí, en su ensayo Nuestra América, construyó la imagen de la universidad americana, libre de esquemas europeos, pero al mismo tiempo indagadora y universal. Se deben conocer las culturas de todas las naciones, porque conocer es una manera de ser libres, pero el tronco debe estar en nuestra América, enfatizó Martí.

Durante las primeras décadas del siglo XX, José Enrique Rodó autor de Ariel José Ingenieros, Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Baldomero Sanín Cano, José Carlos Mariátegui y José Ugarte, pusieron especial interés en combatir la universidad que no se abría a las corrientes renovadoras del mundo. Los intelectuales gozaban de gran prestigio y eran escuchados con admiración por las juventudes ávidas de cambios y rupturas, lo que Mariátegui llamó un vigoroso estado de ánimo.

En 1916 José Ortega y Gasset llegó a Argentina con su filosofía cautivante y su propuesta de convertir las generaciones jóvenes en las vanguardias de la historia. El entusiasmo fue arrollador. Lo anterior ocurría en una Argentina que avanzaba hacia las relaciones sociales capitalistas, con una industrialización en auge y una economía rural pequeña propiedad agrícola, dinámica y generadora de mercados internos.

  • Miles de inmigrantes europeos, en especial italianos, se incorporaban a un proletariado que fundaba sindicatos y daba a Buenos Aires, un ambiente urbe que se abría paso a la Modernidad.
  • En 1916, una conferencia sobre los incas, dictada por el joven poeta Carlos Capdeville, prendió los primeros detonantes en la ciudad de Córdoba.

En 1918 comenzó el movimiento reformista. La democracia, el Humanismo que aprueba la vida y se opone a la violencia, la proclamación de lo argentino y americano, fueron ideales de principio. “Vivimos un momento americano” dice el primer manifiesto, que hizo radiografía de la universidad tradicional, que ya era inferior a las realidades de América y del mundo.

  1. Los directivos, profesores, los textos de enseñanza, el confesionalismo, fueron cuestionados.
  2. El mundo crepitaba en los escombros de la Primera Guerra Mundial y la Universidad no se daba por enterada.
  3. De la Revolución Rusa nadie decía nada en los vetustos claustros y los estudiantes pedían que sus ventanas se abrieran a los vientos del mundo, como escribiera Aníbal Ponce.

La Nueva Universidad era concebida como una Comunidad Académica, en donde el saber, el conocimiento y la investigación, fuesen los únicos poderes. El cogobierno fue pensado como la presencia de los estudiantes y los profesores en los organismos universitarios.

Con el objetivo de garantizar equidad y pulcritud, la politiquería jamás tendría cabida y la elección del rector y decanos sería democrática. La reforma de los estatutos y una ley del presidente Hipólito Irigoyen en 1922, sellaría el triunfo del Movimiento. Pero la contrarreforma no se hizo esperar. El golpe de gracia lo propinó Juan Domingo Perón en 1946.2.

Estado de ánimo Un pensador que ejerció poderosa influencia en las primeras décadas del siglo XX, de manera particular en las juventudes universitarias, fue el uruguayo José Enrique Rodó. Su ensayo Ariel, ha sido uno de los textos más leídos en América y se le considera ejemplo de literatura concebida para formar conciencia histórica en las generaciones que tienen el privilegio de ingresar a una institución de enseñanza superior.

La tesis de Rodó posee gran fuerza porque hace la exaltación de la inteligencia del hombre latinoamericano, al tiempo que le señala el camino a seguir. Ante el peligro del poderío norteamericano, que avasalla con la fuerza del Calibán shakesperiano, América Latina debía prepararse, uniéndose, mediante los lazos de una sólida cultura.

La superación de lo americano que mira de frente lo universal, tomando lo más altamente cualificado, era el mensaje concitante de Rodó. La cultura que unifica a los pueblos y los coloca por encima de la brutalidad mecanizada, se encargaría de proteger Latinoamérica.

  • En esta visión espiritual, Rodó coincide con José Martí, quien escribió: “Trincheras de ideas, pueden más que trincheras de piedras”.
  • El ambiente intelectual, fomentado a lo largo y ancho de América, por pensadores como Rodó y Martí, explican la riqueza conceptual de los documentos producidos por el Movimiento de Córdoba, Argentina, en 1918.

Sea oportuno reseñar que Ariel, es una obra conocida en nuestras universidades. Pero los estudiantes han leído, sin romperse ni mancharse. Sin que nada haya ocurrido en los territorios de la conciencia. Muchas veces hemos intercambiado comentarios con los compañeros profesores, sin que hayamos desenredado el ovillo.

Tenemos la sospecha de que, con el famoso texto de Rodó ha ocurrido lo mismo que con otros textos, trabajados en otras áreas, por otros profesores. No creemos que el fenómeno esté relacionado con deficiencias de los docentes o de los estudiantes. Es posible que en pequeños grupos o individuos aislados, encontremos lectores receptivos, que se conmueven y dan signos de quedar marcados a leer un libro como Ariel, u otro escrito de cualquier parte del mundo.

El problema es que no aparece el estado de ánimo, de que habló Mariátegui, cuando se refirió a los estudiantes latinoamericanos, contemporáneos del Movimiento de Córdoba. En estos momentos, en Colombia y el resto de América Latina, brilla por su ausencia la lectura excitante, transformadora, que tenga audiencias colectivas en una juventud que luce distraída, como si estuviera vacunada contra las contracciones de la historia.

  • Más que pasividad, nos define la indiferencia sumada a la insensibilidad, nos atrapa con la engañosa panacea del utilitarismo.
  • Lo que no garantice ganancia, como el Humanismo que forma y libera de la estolidez, se rechaza con increíble porfía.
  • Esta época es difícil por la forma como el hombre está perdiendo el fundamental derecho de repensar la vida y luchar por mejorarla.
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El talento y la pasión se atrofian cuando las personas y las instituciones no piensan en otra cosa que no sea la gestión rentable, enemiga por principio del humanismo.3. Peticiones del movimiento de Córdoba Con el objeto de garantizar claridad y orden en la enunciación y análisis de los reclamos de los estudiantes que comenzaron el Movimiento Universitario de Córdoba, con repercusiones en otros países, procedemos a diseñar una especie de Pliego General, conocido y convertido en causa común en toda América Latina.

Nos detendremos en cada punto y lo analizaremos, a la luz de la universidad colombiana de nuestro tiempo.3.1. Autonomía universitaria Lo que hoy se contempla como tal en la Ley 30 de 1992, no fue un regalo del gobierno que expidió la norma. Por el contrario, las luchas libradas por los estudiantes, durante décadas, hicieron posible una relativa independencia de la universidad.

Desde las altas esferas gubernamentales, esta autonomía hoy es cuestionada. Existe el temor de que esta autonomía, sea restringida en detrimento de la libertad que necesita la educación superior para cumplir sus compromisos con el saber y el conocimiento.3.2.

Docencia libre De ser indispensable, los estudiantes pedían que hubiese dos o más profesores en la misma cátedra, para que los alumnos asistieran libremente a las clases del catedrático de sus preferencias. Docencia libre plantea, además, que las personas idóneas en las áreas de las ciencias, el arte y la filosofía, pudieran entrar a la universidad y ser escuchados por los estudiantes.

Esta petición choca hoy con las especializaciones, maestrías, doctorados, postdoctorados, que se les exigen a quienes desee enseñar en la universidad. Lejos de ser un capricho de los estudiantes del Movimiento de Córdoba, este reclamo tenía sentido, teniendo en cuenta la realidad latinoamericana.

  • Porque, como están las cosas, García Márquez, William Ospina, Álvaro Mutis, no podrán enseñar en la universidad.3.3.
  • Asignación de profesores Derecho a participar en la asignación de los profesores que se sometieren a los concursos de méritos: en la universidad del cogobierno, la conquista de este derecho es viable y pertinente.

La objeción de acuerdo con la cual el estudiante no posee la formación intelectual necesaria, no sería correcta. El cogobierno es una escuela y los primero que el estudiante debe aprender es a evaluar a sus profesores. Por la ausencia de democracia en estos concursos, se pueden cometer las más sospechosas injusticias.3.4.

Revisión crítica de los contenidos programas académicos Una verdadera Reforma Universitaria no puede ignorar este requisito académico. Los cambios medulares no se logran reformando los currículos, ni aplicando en la estructura académica, el sistema de créditos. Lo formal no transforma ni revoluciona la educación, como se ha creído en Colombia.

Pueden reformarse los métodos de enseñanza, sin que nada nuevo ocurra bajo el Sol. El problema de la enseñanza, radica en las ideas que se entregan al alumno. Si las ideas son retardatarias, demos por caso, ninguna reforma distinta a la de los contenidos, resuelve el conflicto.3.5.

  • Extensión universitaria Por esta misión de la universidad, los estudiantes interpretaron los vínculos de la una cultura superior sin privilegios, que se proyectase al encuentro de los sectores sociales marginados de la educación.
  • Incluso, defendieron la propuesta de crear una institución de formación universitaria para los obreros, que funcionaria bajo la dirección de los estudiantes.

Eran tiempos de hermosa generosidad, signados por el Humanismo Proletario, formulado por el lúcido Aníbal Ponce. De acuerdo con este pensador, existen dos Humanismos en la sociedad capitalista. Uno, burgués, que acapara todos los valores de la cultura, en beneficio exclusivo del sector social que disfruta los poderes del dinero y de la política y, otro, proletariado, implícito en las esperanzas del pueblo marginal.

  1. Allí están las brasas que limpian la historia.
  2. Deber de los intelectuales honestos, es llegar a los pretiles del pueblo y en ellos emprender el rumbo de los cambios.3.6.
  3. Democracia universitaria La democracia como es el derecho a expresar lo que pensamos, a divulgar las ideas y debatirlas, a ejercer la crítica, sin sufrir persecución por ello, es viejo sueño del hombre conquistarla y consagrarla en las leyes.

El hombre se ha hecho sentir en las grandes rupturas de la historia. Fieles a esta verdad, los estudiantes pedían que la universidad fuese foro de ciudadanos libres, poseedores de razón e inteligencia. Pedían que las clases no fueran monólogos monótonos del profesor, que no admite preguntas, ni dudas, ni discusiones.

  1. Criticaban el dogmatismo que impide al alumno, el vuelo de la mente y hasta las aventuras de la imaginación.
  2. Estos principios pertenecen al legado de Sócrates, para quien el conocimiento brota, si lo asiste la libertad.
  3. Nos referimos al conocimiento que no nace clandestino, a escondidas de los inquisidores.

A pesar de la antigüedad de la democracia, la universidad, lugar de pensamiento y las búsquedas, le teme y reprime, unas veces de manera abierta, otras, mediante eufemismos administrativos. Los estudiantes sabían que sin los estímulos de la democracia, toda reforma universitaria era misión imposible.

El debate de la reforma debe circular libremente. En periódicos, revistas, hojas volantes, conferencias, foros, coloquios. La democracia es una elevada relación entre grupos e individuos, que la fortalece en la praxis permanente. La tolerancia es uno de sus signos vitales.3.7. Investigación científica El auge del positivismo progresista, expuesto por pensadores latinoamericanos de la talla de José Enrique Rodó y José Vasconcelos, estuvo presente en el movimiento estudiantil.

La ciencia y la investigación que la produce ocupan sitio especial en las peticiones. El peso de la Colonia, fortalecido por el señorío latifundario, mantenía estancadas las economías del continente. Relaciones mineras atrasadas, comercio mercantil incipiente, agricultura estrangulada por las haciendas precapitalistas, no propiciaban ambientes estimulantes de la Investigación Científica.

El conocimiento no se produce en abstracto, sino que requiere de un medio social que lo reclame y lo impulse. El desarrollo del conocimiento científico, camina al lado de la Revolución Industrial. En el contexto histórico de la modernidad, este paralelismo es evidente. Más que un vuelo radical en la Investigación Científica, los estudiantes del Movimiento de Córdoba, como planteara José Martí a fines del siglo XIX, pedían que los docentes no fueran repetidores del saber importado.

Que al tomarlo de los libros, lo repensaran, de acuerdo con las realidades de los países de América. “Si quieren imitar a Europa, imítenla en su originalidad”, repetía a sus contemporáneos, Simón Rodríguez, el genial profesor del Libertador Simón Bolívar.

  1. El sentido pedagógico de esta máxima, guió a los estudiantes del Movimiento de Córdoba, cuando pidieron que sus docentes enseñaran a conocer e investigar la historia crítica de América Latina.
  2. Con la misma pasión con que científicos, filósofos y artistas europeos indagan los orígenes de las culturas del Viejo Continente, nosotros debemos trabajar por llegar al encuentro de las raíces y los troncos del Ser americano.

Por otra parte, las universidades, deben por fin, poner los pies en la tierra de sus naciones. De la universidad es el compromiso de construir un dique epistemológico a las fugas y evasiones que impone el eurocentrismo, que continúa haciendo estragos entre nosotros.

  • Mientras la universidad esté distante de su entorno nacional, no producirá la filosofía que la nutra, la defina y la identifique.3.8.
  • Participación La esencia del cogobierno es profundamente académica.
  • Al reclamarlo los estudiantes querían hacer parte de los consejos académicos, directivos y de facultades, con el objeto de hacer aportes directos de sus ideas y de la vigilancia que requiere lo nuevo.

Sobretodo, tratándose de una reforma universitaria que, de realizarse, daría al traste con más de dos siglos de atraso. También pensaron, los estudiantes, en acciones que prepararan y capacitaran a los sectores que participarían en el cogobierno. Sabían que el desconocimiento de la cultura universitaria que se abrió paso, era el peor enemigo de las innovaciones.

  • Conocer las causas, los propósitos, la filosofía, los objetivos, era fundamento definitorio.
  • Hacer escuela en las discusiones de estatutos o leyes orgánicas, permitió una amplia formación en los estamentos y generaciones pioneras del cogobierno.
  • La copiosa literatura que examina Mariátegui en su ensayo sobre la Reforma Universitaria, es indicadora del alto grado de reflexión alcanzado por los estudiantes comprometidos con ella.

El deber de los representantes elegidos en comicios democráticos era servir, cumpliendo el mandato de las bases. No escapaba a los estudiantes que los vicios de la politiquería podían manchar los procesos y producir daños impredecibles. En consecuencia, concibieron órganos de vigilancia y la obligación de los directivos universitarios de rendir cuenta periódica del manejo financiero, tan cuestionado entonces, como ocurre en nuestros días.

  • Los líderes estudiantiles insistieron en mantener viva la mística, que evita la descomposición de los ideales y cuida que no se burocraticen los espíritus.
  • En su condición de escuela viva, que aquilata las conciencias se formarían hombres distintos, aptos para las empresas que sacarían del anacronismo al continente.

El cogobierno, como hemos dicho, articularía su visión histórica, con las causas progresistas de la Modernidad.3.9. Descolonizar la educación Los falsos aristocratismos, los prejuicios radicales, el desprecio a los pueblos de América y sus culturas populares, el eurocentrismo y la fascinación por el desarrollo tecnológico de Estados Unidos o Nordomanía como les llamaba José Enrique Rodó, eran males de sello colonial, que no podían oprimir por más tiempo a las universidades latinoamericanas.

  1. Los estudiantes visionaban la universidad, formando intelectuales potentes.
  2. Con el cuerpo y el alma metidos en la revoluciones de sus pueblos, pero atalayando el conocimiento, en auténticas búsquedas universales.
  3. Esta es una concepción proteica de la misión de la universidad, que enaltece a las juventudes del Movimiento Universitario de Córdoba de 1918.3.10.

Cátedra libre Las libertades de la universidad, prodigadas por el cogobierno, estarían condensadas en la “Cátedra libre”. El pensamiento, la imaginación, la escritura, las lecturas, las críticas, no tendrían más limitaciones, que la responsabilidad de cada uno, como individuo y miembro de la comunidad universitaria.

La Cátedra Libre era interpretada como el derecho del profesor a seleccionar las fuentes de su discurso pedagógico, sin la imposición de los libros “sagrados”, que el dogmatismo de todas las procedencias, convierte en únicos y obligatorios. Los libros “sagrados”, han hecho mucho daño a la humanidad y se les encuentra inseparables de los períodos de oscurantismo.

Ese derecho guardián de la Cátedra Libre, permitía a los estudiantes, la búsqueda, sin cortapisas, de la Modernidad. La Cátedra Libre debía significar para la universidad, el encuentro nutriente con el conocimiento. Profesor y estudiantes, harían de la clase el foro abierto que hace posible el respeto al otro, la indagación del saber en acción conjunta.

  1. En esta forma, la libertad se convierte en el requisito de la creatividad, rompiendo los tradicionales esquemas de enseñar, transmitir, repetir, que aún no hemos superado.
  2. Alguien comentó, tomando la cita del evangelio: “La verdad os hará libres”, pero luego añadió: “Hoy sería mejor decir: ‘La libertad os permitirá decir la verdad’”.3.11.

Derecho a la universalización Cuando los estudiantes de la Universidad de Córdoba, Argentina, pedían que sus profesores se actualizaran, se referían a uno de los requisitos primordiales de la universidad. La universidad no puede limitarse a la aldea, región o nación a que pertenece.

  1. Desde su origen, su misión es apropiarse de saberes universales a partir, eso sí, del entorno social que la justifica.
  2. De la manera como la universidad interpreta las carencias del hombre que la circunda, puede proyectarse con pie firma a las culturas universales y aprender de ellas.
  3. Estudiar con independencia el saber de otras naciones y continentes, para consolidar lo propio, es compromiso ineludible de la universidad.

Lo contrario es permanecer repitiendo ecos de las búsquedas lejanas, sin conocer la casa que habitamos. La universidad debe pensar el mundo y éste debe comparecer ante ella, mostrando a la luz del Sol, sus miserias y grandezas. En la universidad no pueden existir lugares para el escamoteo ni para la inocencia.

  • Los estudiantes de Córdoba, Argentina, se sentían incomunicados.
  • Mientras los pueblos de Europa recogían los retazos de civilización dejados por la Primera Guerra Mundial, las clases seguían “dictándose”, como si nada hubiera sucedido.
  • De ahí parte el tremendo impacto de la guerra, que había lanzado a la errancia a millones de desplazados, que en dramática diáspora llegaban a Argentina hacinando y proletarizando la vida urbana.

Para entonces el tango era la expresión sociológica que daba cuenta de las fracturas sociales. A la letra y música de un tango argentino, subyace siempre el desgarramiento de una sociedad en crisis. Los estudiantes exigían que sus docentes salieran de la abulia y crearan espacios para debatir y conocer los tiempos que vivían.

  1. Es curioso, pero los estudiantes de 1968, cincuenta años después, exigían lo mismo en la Universidad de Nanterre, Francia.
  2. Lo que significa que la juventud no soporta los malos rumbos que toma la historia y ocupa los lugares de vanguardia que debían ocupar las generaciones mayores que permanecen anquilosadas.

También los estudiantes de Nanterre, comenzaron demandando actualización a los educadores, que no mencionaban en sus clases la guerra brutal contra Vietnam y Argelia. El pueblo argelino, luchaba por la liberación que le negaba el gobierno francés. La juventud quería que se analizaran estos hechos en los recintos universitarios.

  • Desde siempre gravita en la conciencia juvenil, la idea de que la universidad cumple sus propósitos si abre sus puertas a los tropeles del mundo y discute con ellos.
  • El prerrequisito es que la juventud cuente con educadores que la orienten y la protejan de los estragos de la frivolidad.
  • En 1918, la guerra había diezmado a Europa, era una tragedia confusa, en cuanto a sus motivaciones.

La Civilización Occidental había entrado al siglo XX, proclamando la perennidad de sus valores. Se promocionó la imagen e una “bella época” en la cual lo único desacostumbrado era la avidez de novedades. Líderes y dirigidos, creyeron que la humanidad había llegado por fin a la plenitud de los anhelos realizados.

  1. La burguesía culta exponía con orgullo sus ideas políticas.
  2. Por eso, cuando sobrevino la hecatombe, la inteligencia europea quedó desconcertada.
  3. ¿Dónde habían quedado los nobles sentimientos y el amor a la vida? No se trataba de juegos de niños.
  4. Detrás de los ejércitos que se destruían, actuaban los monopolios financieros de los países en pugna.

Paúl Valery, el poeta simbolista, resumió el espanto de la manera siguiente:”Tantos horrores no hubieran sido posibles sin tantas virtudes”. Es decir, que las enormes crueldades, hacen su aparición en los mismos escenarios de las grandes virtudes publicitadas a veces con reiteración y vehemencia.

  1. Al cuestionar el aislamiento y la desactualización de sus profesores y directivos, los estudiantes del Movimiento de Córdoba, Argentina, originaron las concepciones que no pueden estar ausentes, en la visión humanista de la universidad.
  2. Vendrían enseguida la plataforma política y las peticiones concretas, que constituyen las raíces fundantes del cogo­bierno universitario.4.

Repercusiones en América El Movimiento de Córdoba no se redujo al ámbito argentino. Hemos dicho que su repercusión fue rápida en los países del continente. Las décadas del veinte y del treinta, registran la prolongación de sus resonancias. Chile, México, Perú, Cuba, Colombia fueron escenarios particularmente sacudidos.

En cada uno de estos países, la lucha por la reforma de la universidad, tuvo matices específicos. Puede afirmarse, empero, que el rasgo común fue trascender la reforma académica, articulando las ideas y las acciones con proyectos políticos revolucionarios, generadores de lo que se llamó la segunda independencia de los pueblos americanos.

En Argentina, las ideas socialistas adquirieron estructura orgánica, con fuerza inusitada. Lo mismo en Cuba y Chile. En México los procesos revolucionarios liderados al final por Lázaro Cárdenas, imprimieron un acento radical en los cambios de la academia universitaria.

  • En la Universidad Nacional de México (UNAM), quedan destellos de los bríos iniciales.
  • En el Perú, el debate llegó a los sindicatos y sectores populares, a las comunidades indígenas, fomentando la base social de Acción Popular Revolucionaria Americana (APRA), el partido comandado pro el carismático Víctor Raúl Haya de la Torre.

Este partido fue en su momento, la propuesta de crear una organización, que unificara y pusiera en marcha las esperanzas liberadoras de Latinoamérica. Apristas fundadores, como Haya de la Torre y Luis Alberto Sánchez, escribieron libros de historia, sociología, filosofía, literatura, economía, de inevitable lectura para conocer los componentes lúcidos del pensamiento americano.5.

Repercusiones en Colombia El ideario renovador de Córdoba, llegó a Colombia al comenzar la década de 1920. En Colombia las relaciones sociales y económicas, la cultura, pujaban por superar los retardos heredados del siglo XIX. En esa década se fundaron los sindicatos obreros, el Partido Socialista, con María Cano, Ignacio Torres Giraldo y Raúl Mahecha a la cabeza.

Luis Vidales, Ricardo Rendón, Luis Tejada, Armando Solano, Jorge Eliécer Gaitán y Jorge Zalamea, revolucionaban la poesía, la caricatura, el periodismo, la mirada sicológica, el ensayo político, las idea educativas. Germán Arciniegas, el liberal radical, escribió obras como: El estudiante de la mesa redonda dirigida, como el Ariel de José Enrique Rodó, a nutrir de ideas progresistas a la juventud de América Latina.

Había una postura positiva en los intelectuales, para quienes había llegado la hora de saldar cuentas con el pasado. Luis Tejada, el creador de periodismo político que produce ideas sin menoscabar la belleza literaria, cuestionaba a la universidad con la profundidad que hoy no encontramos en la prensa colombiana.

La obra Gotas de Tinta, de este cronista, debería divulgarse en la universidad, como una prueba al canto que estamos comprometidos con el cambio. Revelemos también a Baldomero Sanín Cano, el autodidacta por excelencia, que llegó a prodigar una cultura universal que desconcierta.

Su trabajo intelectual y su escritura poblada de una generosa erudición, lo convirtieron en maestro de varias generaciones. A la toma de partido, cuando desarrolla los más variados temas, el maestro Sanín Cano, pone en alto la publicística literaria y filosófica. Lector de libros que marcaban rumbos en la época, los interpretaba en textos críticos que los públicos de América leían con avidez.

La tendencia a menospreciarnos, nos divorcia de los pensadores colombianos de ayer y hoy, como si la capacidad de humanizar la vida, fuese un don exclusivo de los escritores europeos y norteamericanos. Esta tendencia es un verdadero obstáculo epistemológico, que conduce a profesores de Ciencias Sociales a creer y repetir que, en América Latina, no existe un pensamiento digno de estudiarse y mucho menos una filosofía.

  1. En los países donde llegaban las resonancias de Córdoba, se hizo inevitable la participación en el debate de los intelectuales no vinculados a la universidad.
  2. Entonces se pensaba que la universidad no podía faltar en los sucesos que emancipan a los pueblos.
  3. En este sentido, la universidad era menos marginal que en estos tiempos de globalización, tal vez porque su tarea actual, es graduar profesionales que, aun siendo idóneos, corren el riesgo de salir a engrosar los ejércitos de desempleados, en una sociedad hendida por la injusticia que violenta la democracia.

Si los hombres fueran justos, entre ellos las guerras no serían posibles. Notas * Profesor emérito de la Universidad Santiago de Cali. Filósofo y profesor del Departamento de Humanidades de la Universidad Santiago de Cali.

¿Cómo y por qué razones se produce la reforma universitaria de 1918?

PROYECCIÓN LATINOAMERICANA – La Reforma Universitaria de 1918 fue un movimiento de proyección latinoamericana, los estudiantes del continente formaron sus agrupaciones y federaciones para luchar por mejor educación para todos. El movimiento estudiantil se constituyó en un actor político protagonista de su tiempo.

  • Este clima de época, imbuido de las ideas democráticas, liberales y de libre pensamiento, que se respiraba a principios del siglo XX, se extendió a las federaciones estudiantiles que comenzaban a formarse en todo en América Latina y el Caribe.
  • En el Litoral, el proyecto movilizador de creación de la Universidad Nacional del Litoral se había iniciado con el mitin de 1912.

Santa Fe debatía y proponía, los estudiantes realizaron su aporte a la “cuestión universitaria”. Las demandas por universidades democráticas hicieron eclosión en Córdoba, el 15 de junio de 1918. El movimiento se extendió de inmediato a las demás universidades del país, impulsado principalmente por el movimiento estudiantil organizado en la recién creada Federación Universitaria Argentina (FUA), y a varias universidades de América Latina, produciendo reformas en los estatutos y leyes universitarias, que consagraron la autonomía universitaria, el cogobierno, la extensión universitaria, la periodicidad de las cátedras, los concursos de oposición y el acceso para todos a los estudios universitarios.