El Gobierno porteño recreará el próximo domingo 11 de noviembre la Fiesta de San Martín de Tours, tal como se celebraba en la época de la Colonia para honrar al Patrono y Protector de la Ciudad de Buenos Aires, un espectáculo que podrán presenciar desde las 15 vecinos y turistas en la Plaza de Mayo.
La actividad estará organizada por la Dirección General de Cultos para celebrar el 432° aniversario de la fecha en que los cabildantes de la Vieja Aldea eligieron a San Martín de Tours como Santo Patrono de Buenos Aires.
Quienes concurran podrán participar de juegos y bailes de época, interactuar y ver en escena a más de 150 actores y miembros de distintos grupos de recreación histórica, acompañados por un guión sobre los distintos momentos de la vida de San Martín y su significado histórico, cultural y religioso.
La recreación contará con la participación de autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el Regimiento I de Infantería de Patricios. Colaborarán con la organización la Catedral Primada de Buenos Aires, el Museo Histórico del Cabildo y la Revolución de Mayo, la Parroquia San Martín de Tours, la Parroquia Ortodoxa San Martín de Tours, el Museo Nacional de la Historia del Traje, el Teatro Colón, la Sección Histórica de Infantería de Marina, el Real Cuerpo de Marinos, los Blandengues de Ensenada, el Tercio de Voluntarios de Cantabros Montañeses, el Escuadrón de Caballería Histórica, los Granaderos de Fernando VII, la Sociedad Victoriana Augusta, Scouts de Argentina y el Grupo Scout San Martín de Tours, entre otros.
A las 15, habrá una presentación audiovisual de la historia de San Martín de Tours y a continuación los actores pondrán en escena el tradicional paseo del Estandarte Real por las inmediaciones de la Plaza de Mayo (en aquel entonces, Plaza de la Victoria).
- La Catedral Primada de Buenos Aires en honor al Santo Patrono dará a las 16 una misa oficiada por monseñor Joaquín Sucunza, Vicario General de la Arquidiócesis de Buenos Aires, con la participación de la Parroquia Ortodoxa de San Martín de Tours y la Parroquia San Martín de Tours;
A partir de las 17. 30 comenzarán juegos de época como “la taba”, “el sapo” y “la herradura”, bailes típicos, espectáculos artísticos y un gran desfile de los grupos de recreación histórica y los centros tradicionalistas, que darán broche de oro a la conmemoración.
Para obtener más información los interesados pueden comunicarse al: 4323-9434 o al 4323-8000 int. 2797/2855 o bien escribir a: cultos@buenosaires. gob. ar Sobre San Martín de Tours San Martín, obispo de Tours, fue un pastor, monje y apóstol de las Galias (actual Francia) que nació en 316 en Pannonia, un territorio que era parte del Imperio Romano y que hoy pertenece a Hungría.
Hijo de un oficial del Ejército se enroló de joven en la caballería imperial y ya como soldado comenzó su catecumenado para bautizarse cristiano. Es de esa época el famoso episodio de Martín yendo a caballo que, con su espada, cortó su capa militar para abrigar a un pobre.
- Luego de su bautismo abandonó el ejército en 356 para dirigirse a Poitiers donde San Hilario lo ordenó sacerdote;
- En 361 fundó en Ligugé una comunidad monástica y diez años después fue electo obispo de Tours, por lo que residió en el monasterio de Marmoutier;
Durante su episcopado en las Gálias se dedicó especialmente a la cristianización de la campaña hasta su muerte acaecida en Candes en 397. Su nombramiento como Patrono de Buenos Aires se debió a un sorteo realizado el 20 de octubre de 1580, pocos meses después de la Fundación de la Ciudad y de acuerdo con los cánones de la época en que se nombraba a un santo para proteger el nuevo asentamiento..
¿Cuándo se celebra el día de San Martín de Tours?
El santoral católico honra hoy, jueves 11 de noviembre, al religioso San Martín de Tours, nacido en Panonia (actual Hungría) en el siglo IV y fallecido en Candes (actual Francia). La leyenda más conocida sobre su figura cuenta cómo San Martín vio a un mendigo cuando entraba en la ciudad de Amiens.
¿Qué le pasó a San Martín de Tours?
Cómo se decidió que el santo francés fuera el protector de Buenos Aires Hoy, 11 de noviembre, se celebra la fiesta de San Martín de Tours. En esta fecha, en algunos países de Europa, se realiza la matanza del cerdo, una costumbre popular que da origen a la famosa frase “A cada cerdo le llega su San Martín”. Su patronazgo en Buenos Aires fue un tanto accidentado y desafortunado. Al parecer, este santo no cautivó el cariño de los porteños ; tal vez por eso, la construcción de una capilla a su nombre demoró más de tres siglos en concretarse.
El sábado 11 de junio de 1580 Juan de Garay fundó Buenos Aires por segunda vez. Como la tradición indicaba que a cada ciudad había que asignarle un santo protector, unos meses después, el 20 de octubre del mismo año, los cabildantes se reunieron para dar cabida a la orden del día: la prioridad de la jornada era la elección del “custodio divino” para Buenos Aires.
En torno a ese episodio, circula la versión de que los cabildantes no estuvieron satisfechos al ver que el ganador era un santo francés y no un español , o uno más conocido, y que entonces volvieron a colocar en la bolsa los trozos de pergamino con los nombres de los santos, pero salió el mismo.
Repitieron el procedimiento y, como nuevamente salió San Martín de Tours , debieron aceptar que el santo francés fuera el protector de Buenos Aires. Se estableció que se lo honraría cada 11 de noviembre con una gran fiesta , en medio de la cual el regidor más antiguo del Cabildo sacaría el estandarte real.
Finalmente, aunque el acta establecía que esta costumbre debía cumplirse siempre, la misma no perduró hasta nuestros días. Más allá del interés de algunos historiadores sobre esta versión en torno a la elección del patrono de Buenos Aires, no hay registros que la acrediten, ya que en el documento del Cabildo no quedó asentado el relato popular.
Detrás del mito de San Martín de Tours Martín nació en el año 316, en la actual Hungría, que en aquel momento era parte del Imperio Romano. Siendo muy joven, ingresó como soldado al Ejército. Se lo recuerda, sobre todo, por la siguiente anécdota: en una oportunidad, mientras iba montado a caballo, cortó con la espada su capa militar para donársela a un pobre.
Entrevistado por Infobae , el historiador Marcos Vanzini , quien ha investigado exhaustivamente sobre este santo y es autor del libro “Por Buenos Aires con San Martín de Tours” , dijo sobre el supuesto motivo que llevó a que los cabildantes rechazaran al santo por su origen francés: ” No era posible, primero porque San Martín de Tours no era considerado francés todavía en esos años.
- A los santos de la primera época no se los identificaba con el lugar de su acción;
- San Martín es uno de los santos famosos de toda Europa y de mayor piedad;
- De hecho, por la zona de la que provenía Juan de Garay, el país Vasco, la zona de la vascongada, por ahí atraviesa el camino francés que llega a Santiago de Compostela, que en aquella época ya se recorría;
En ese camino francés hay un famoso santuario dedicado a San Martín. Es imposible que Garay se pudiera oponer a que San Martín fuera el patrón de Buenos Aires “. Respecto a los archivos que consultó en su investigación, dijo: “En los documentos se lo menciona no como San Martín sino como ‘ nuestro santo patrono ‘, ‘ el gran Patrón San Martín ‘. Escultura en bronce realizada por Ermando Bucci ubicada en la Plazoleta homónima, en el barrio de Recoleta El ocaso de la tradición Los días previos al 11 de noviembre los vecinos de Buenos Aires barrían las calles, y limpiaban las malezas y barrancos de la ciudad ya que no existían los barrenderos. El pregonero recorría la ciudad invitando e informando sobre la ansiada fiesta del patrono de Buenos Aires. Los edificios más importantes, como el Fuerte, eran iluminados con lámparas de aceite y grasa de potro. Era la fiesta más esperada del año. A primera hora de la mañana, las autoridades se vestían con trajes de gala y los “negros maceros” que tallaban la plata lucían aterciopelados trajes rojos , y todos caminaban hasta la actual Catedral.
Lo de Tours se empieza a poner en los documentos mucho tiempo después. San Martín es el santo que tiene más iglesias dedicadas en toda Europa “. Al preguntarle cuál podría ser el motivo del mito sobre el rechazo del santo como patrono de Buenos Aires, Vanzini respondió: “La leyenda de por qué se lo rechazó comienza muy posteriormente, cuando surge un conflicto entre España y Francia , e intenta explicar de dónde podría surgir este mito”.
Al concluir el día, el festejo se cerraba con una corrida de toros en un recinto improvisado en la Plaza Mayor, hoy Plaza de Mayo. Con el tiempo, se incorporaron otros juegos, como el de la sortija, fuegos artificiales y el llamado “juego de cañas” , un entretenimiento medieval en el que cada participante, montado a caballo y con escudo de cuero, debía abordar al del bando contrario con una caña.
- ¿Quién organizaba la fiesta? En la época colonial, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad, en que la Iglesia es la que celebra sus fiestas religiosas, la fiesta de San Martín de Tours dependía del Cabildo , que era el que la financiaba;
¿Qué aspectos de aquella fiesta religiosa, la más grande de Buenos Aires, se mantienen en el presente? Vanzini explicó al respecto: ” La fiesta decae cuando el Cabildo se extingue en 1811. Desde ese momento ya no se saca el estandarte real, se saca otro estandarte.
- A medida que pasaron los años, ya no había quien financiara la fiesta;
- En tiempos de Juan Manuel de Rosas , se intentó fortalecer la fiesta, que seguía teniendo mucha gala;
- A finales del siglo XIX, lo que hace que se empiece a diluir es la composición de Buenos Aires;
La llegada de gran cantidad de inmigrantes hace que la devoción propia del pueblo se vaya diluyendo , entre otras tantas. De hecho, en Buenos Aires los rastros coloniales de la ciudad se diluyeron, como su arquitectura y las expresiones de fe”. Al día de hoy, no hay fiesta ni misa solemne en la Catedral.
- Mito o realidad, es evidente que la elección del patrono de Buenos Aires no resultó para nada venturosa y eso se refleja en las características de lo que fue su primera iglesia;
- Tanto el precario hospital hecho de adobe, paja y palos como el primer templo en su honor, ubicado en la manzana comprendida por las actuales calles Reconquista, Corrientes, 25 de Mayo y Sarmiento , desaparecieron sin dejar rastros;
No existen documentos históricos que acrediten cuál fue el destino de aquel primer templo ni tampoco de la primera importante imagen devocional del santo. Recién en 1930 un bienhechor donó el terreno con la intención de construir la iglesia para San Martín de Tours, que se levantó en la calle homónima del Barrio de Palermo.
- Llama la atención que el templo dedicado al protector de la capital de la Argentina no sea más que una linda y pequeña capilla , y que los trescientos años transcurridos no hayan sido suficientes para que los porteños se encariñaran con el santo protector de su ciudad;
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¿Cómo se hizo santo San Martín Caballero?
Durante 25 años, San Martín Caballero permaneció en el servicio militar de Roma, cuando se retiró, se convirtió en obispo de la Iglesia Católica. En el año 371 fue nombrado obispo de Tours, por lo que el resto de su vida se dedicó a evangelizar y luchar contra las tradiciones que consideraba paganas.
¿Quién es el patrono de Buenos Aires?
15/12/2015 En la metrópoli (España), la elección de los santos patronos era una decisión de gran responsabilidad, acompañada a veces de ceremonias a las que no les faltaba boato. Pero cuando las ciudades por patronizar no eran de importancia, como la lejana Buenos Aires, un puerto de contrabandistas enclavado en tierras inhóspitas y deshabitadas, bastaba con introducir los nombres de todos los santos en una bolsa de terciopelo negro para que fuera el azar quien decidiese.
- Fue así que en una de las primeras reuniones que realizó el Cabildo de Buenos Aires se eligió a SAN MARTÍN DE TOURS como patrono de la ciudad;
- La leyenda dice que cumpliendo la tradición, para elegir al patrono se pusieron distintos nombres de santos dentro de un sombrero, con el fin de que el azar decidiera;
El primer nombre extraído correspondió a San Martín de Tours, pero como no era un santo español, los ediles lo rechazaron y volvieron a sacar otro nombre, que fue nuevamente el del santo. Rechazado por segunda vez, se extrajo otro nombre con el mismo resultado.
- Increíblemente, tres veces seguidas, había salido el papelito con el nombre de San Martín de Tours, un santo sin mayor renombre;
- Asombrados por este hecho, los presentes decidieron entonces, proclamarlo patrono de la ciudad de Buenos Aires, sin tan siquiera imaginar, que lo que la bolsa negra de paño, había decidido el nombre del general que libertaría aquellas tierras;
Verdadera o falsa esta leyenda, lo cierto es que en acuerdo del Cabildo reunido el 20 de octubre de 1580, se asentó en el Acta respectiva que por suerte cupo a esta ciudad por patrón della, al señor San Martín. Este santo, San Martín de Tours, nació en Sabaria de Panonia, actual Hungría, entre 315 y 317.
- Era hijo de un tribuno militar, por lo que debió alistarse en los ejércitos del Emperador y se lo destinó a Amiens, en Francia, donde fue bautizado;
- Abandonó el ejército y se dedicó a la caridad;
- El 4 de julio de 371 fue consagrado Obispo de Tours;
Luego de una vida dedicada a Dios y a la conversión de infieles, falleció el 8 de noviembre de 397, pero su sepelio se realizó el 11 de noviembre, quedando ésta como fecha en que lo cita el martirologio romano, para su celebración. Durante los primeros tiempos de la ciudad, las fiestas en honor de su santo patrono, alcanzaron enorme importancia.
Además de las ceremonias religiosas y de los actos oficiales, se hacían corridas de toros, representaciones teatrales en tablados levantados para la ocasión. Se hacían corridas de toros, carreras de sortijas, torneos ecuestres y de acrobacia y como parte de la fiesta, la ciudad se engalanaba, se ponía especial cuidado en barrer y limpiar las calles y se iluminaban a pleno las casas de los vecinos pudientes y los edificios públicos como el Cabildo, la Fortaleza y la Casa del Obispado.
En cuanto a la celebración religiosa, ésta se efectuaba con gran pompa. Primero se reunían los miembros del Cabildo en la puerta del edificio capitular, los que ataviados con sus mejores ropas, se dirigían al Fuerte, pasaban por la casa del Alférez Real quien era el encargado de portar el estandarte real y así, encolumnados, el gobernador, el alférez, los cabildantes y el pueblo de Buenos Aires concurrían a la Catedral.
Luego de depositar el estandarte al pie del altar mayor, se realizaba un solemne Tedeum y se pronunciaba un sermón alusivo a la celebración. Ya obtenida la Independencia, y por iniciativa del Alcalde de segundo voto Francisco Belgrano, hermano del general Manuel Belgrano, se sustituyó el pendón real por nuestra bandera.
Pero la devoción por el santo de los porteños de antaño no sólo se expresaba el 11 de noviembre sino también se realizaban novenarios y rezos de las cuarenta horas en casos de epidemias o guerras, como en el caso de las invasiones inglesas, etc. Si bien ahora no se lo festeja como antes, recordemos que desde 1758 se celebran misas en su honor todos los días 11 en la Catedral, tradición que se conserva por obra de la «Asociación de los Caballeros de San Martín de Tours».
¿Cuáles son los patronos de la Argentina?
Ni hoy… ni nunca, sí, porque Argentina, la católica Argentina, no tiene santo patrón. Y es cosa que maravilla, porque un país en el que hasta la bandera, dicen algunos, fue confeccionada a partir de los colores marianos… ¡¡¡no tiene sin embargo santo patrono!!! Patrona sí, ya que, efectivamente, la Virgen de Luján es la patrona de la República Argentina desde el año 1762 en que fue elegida como tal.
Una bonita tradición mariana, por cierto, una de las más antiguas de Hispanoamérica. Y es que, según se cuenta, en 1630, un hacendado local, Antonio Farías Saa , quería colocar en su hacienda de Santiago del Estero una capilla a la Virgen, para lo cual mandó hacer y traer de Brasil dos imágenes.
En el viaje hacia su destino final, hizo la caravana escala cerca del río Luján, pero cuando tocó reanudar la marcha, era de todo punto imposible desplazar la carreta. Se le añadieron bueyes al objeto de ayudar a los originales, pero todos juntos seguían mostrándose incapaces de mover el carruaje, lo que finalmente sólo se consiguió cuando a alguien se le ocurrió la genial idea descender del mismo una de las dos imágenes, hecha de terracota y con la formidable estatura de.
- ¡¡¡38 cms;
- !!! Ni que decir tiene que el hecho fue interpretado en el sentido de que la imagen en cuestión deseaba quedar para siempre en el lugar;
- La noticia corrió como la pólvora y el culto alcanzó proporciones inusitadas, todo lo cual justificó sobradamente el posterior nombramiento de la novedosa advocación mariana como patrona de la nación;
En 1887 y previa autorización del Papa León XIII , la Virgen fue coronada. En 1910 se terminó la construcción de la bella basílica neogótica que hoy conocemos, y en 1975 tuvo lugar la primera edición de una peregrinación que se viene celebrando desde entonces todos los años cada primer sábado del mes de octubre, y que reúne a millones de personas.
Ahora bien, patrono, lo que se dice patrono, la Argentina no tiene ninguno. Existen por así decir pseudo-patronos, una serie de santos que registran intensa devoción en determinados sectores geográficos o sociales de la nación, pero poco más.
Entre ellos se podrían mencionar unos cuantos, con los méritos más diversos y hasta discutibles en según qué caso.
De entrada, el patrón de Buenos Aires es San Martín de Tours. Según la leyenda lo es desde que en 1580 Juan de Garay, fundador de la ciudad y sus primeros ediles deciden elegir un patrón por el método de la insaculación (extracción de una papeleta con su nombre de un saco en el que se habían incluído varias) y sale elegido el santo francés.
- El escaso amor a lo francés de los primeros porteños llevó a repetir el sorteo hasta por tres veces, saliendo elegido las tres el mismo santo;
- Algo en lo que no son pocos los que han querido ver una premonición del hecho de que muchos años después, el prócer de la independencia argentina se llamara precisamente San Martín;
Registra también gran tradición en Argentina, y sobre todo en Buenos Aires, la figura de San Cayetano, que en el país es venerado como patrono del “laburo” (el trabajo). Su iglesia en Buenos Aires, concretamente en el barrio Liniers, recibe cada año hasta siete millones de visitantes que le piden un trabajo o la mejora del que tienen.
San Francisco Solano |
Otro posible candidato sería San Francisco Solano (15491610), noble andaluz que se unió a los franciscanos a la edad de los veinte años y que misionó en Hispanoamérica: primero en Panamá, luego en el entorno de Lima, realizando una labor muy importante en Tucumán, provincia bien norteña de la Argentina. Se cuenta de él que en un solo sermón convirtió a nueve mil indios, que yendo en un barco carguero de esclavos abandonado por el capitán y la tripulación durante una tormenta, él se quedó, convirtiendo a todos los negros con los que se quedó esperando hasta que llegó el rescate; que profetizó un terremoto y su propia muerte; y que realizó innumerables curaciones.
Muerto en Lima, fue canonizado en 1726. Según la Enciclopedia Católica es patrono del folklore argentino; según la Wikipedia en inglés, probablemente derivado de una mala interpretación de la Enciclopedia Católica, es el patrono de la Argentina.
Existe por último en el país Argentina una extraña devoción aeclesiástica pero muy extendida, a un “santo local” que si por un lado es medio legendario y las historias que circulan sobre él ni siquiera son siempre la misma, por otro sus méritos para engrosar las listas del santoral son más que cuestionables.
Santuario del Gauchito Gil |
La historia habla de un gaucho, Antonio Mamerto Gil Núñez , nacido en Pay Ubre, cerca de Mercedes, en la provincia de Corrientes, hacia el año 1840. Aparentemente (las versiones de la historia son varias) Antonio Gil, adorador de “San La Muerte”, habría tenido un romance con una viuda adinerada, lo que le habría granjeado el odio de los hermanos de la viuda y del jefe de la policía local, quien también la cortejaba.
Pero que es, probablemente, al que muchos argentinos tienen por patrón de la Argentina. Hablo del conocido como “Gauchito Gil”. Ante la conflictiva situación, Gil habría puesto pies en ponderosa alistándose en la Guerra de la Triple Alianza , la que entre 1864 y 1870 enfrentó a Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay.
Al regresar, habría sido reclutado por el Partido Autonomista para pelear en la guerra civil correntina contra el opositor Partido Liberal, pero nuestro gaucho desertó, y capturado, fue colgado a un árbol y degollado. El caso es que un nada rencoroso Gil habría anunciado a su verdugo que una vez muerto, intercedería por el hijo del verdugo, que se hallaba gravemente enfermo, para que sanara, dándose el caso de que muerto Gil el hijo sanó.
- Otras versiones obvian los amoríos adúlteros con la viuda y hablan de un gran benefactor de los pobres;
- Otras de una especie de Robin Hood que robaba a los más favorecidos para dárselo a los menos;
Pero todas registran parecido final: la ejecución del gaucho y la sanación del hijo del verdugo. Se celebra su “festividad” el 8 de enero, aniversario de su ejecución en 1878, y el culto se extiende hoy desde Corrientes hacia otras provincias argentinas, el Chaco, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, llegando hasta la mismísima Buenos Aires.
Se le levantan santuarios a lo largo de los caminos, caracterizados por sus banderas y cintas rojas, aparentemente relacionadas con el rojo del Partido Autonomista de Corrientes, aunque probablemente tengan más que ver, como en el caso del pañuelo que lucen los pamplonicas en la fiesta de San Fermín, con el color de la sangre vertida al degollarlo.
© L. Si desea suscribirse a esta columna y recibirla en su correo cada día, Otros artículos del autor relacionados con el tema (haga click en el título si desea leerlos).
¿Quién es el santo más argentino?
(Adrian Escandar) Cualquier argentino -sea o no católico- sabe de la existencia de San Cayetano. Sin serlo, el Santo más argentino. Pero de donde proviene la devoción tan arraigada en nuestro pueblo. Cayetano (Gaetano, en italiano) nace en Vicenza en el siglo XV. Pertenecía a la familia de los condes de Thiene. Fue el último de los tres hijos del conde Gásparo di Thiene (un militar que murió en 1492) y de la condesa María Da Porto.
1504, obtuvo el doble doctorado en derecho civil y canónico por la Universidad de Thiene. En 1506, a los 25 años de edad, gracias a las relaciones de sus tíos, tuvo la oportunidad de ser nombrado protonotario apostólico en la corte del papa Julio II, en Roma.
Se retiró de la vida cortesana en 1513 y fundó una sociedad de sacerdotes y prelados, llamada el Oratorio del Amor Divino. Fue ordenado sacerdote dos años después (a los 35). En la navidad de 1517 estando en misa en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma tuvo una visión.
en la cual la Virgen le entregaba al niño Jesús en sus brazos. En el año 1524 fundó la orden de los Teatinos (o Clérigos Regulares). La Orden de los Clérigos Regulares fue aprobada por Clemente VII el 24 de junio de 1524 y confirmada definitivamente en 1532.
La Orden solo vive de la Providencia, es decir de lo que la gente buenamente le ofrezca para poder vivir, reformar al Clero y ayudar al pueblo. En Venecia fundó el “Ospedale degli Incurabili”, un hospital para enfermos incurables. Creará el “monte de Piedad” el primer banco de Nápoles, para evitar la usura, con el paso del tiempo se convertirá en la “Banca di Napoli” entre otras obras de piedad y continuará toda una vida ayudando a los más desposeídos y a poner paz en las guerras civiles de Nápoles. Tumba de San Cayetano en la Cripta de la Basílica de San Pablo el Mayor, Nápoles. Acá comienza un punto anecdotario, para comprender la relación de Cayetano y Nápoles. Cuando un argentino llega a Nápoles, se siente como en casa; allí observamos in situ de dónde venimos y cuál es, en parte, parte de nuestra idiosincrasia… Sin embargo, la gran devoción de Nápoles no es ni por asomo San Cayetano.
El día de su fallecimiento -7 de agosto de 1747-, Nápoles se pacifica, y el pueblo lo interpreta que fue gracias a sus suplicas de Gaetano al Señor. Sus restos hoy se encuentran en la cripta de la Basílica de San Pablo Maggiore (Vía dei plebiscito y vía San Gregorio Armeno) y sobre su tumba está escrito en latín: “Aquí descansa el que ora insistentemente por su pueblo”.
Es San Genaro. Para los napolitanos, sean creyentes o no, San Genaro es Nápoles y Nápoles es San Genaro: milagroso mártir taumaturgo, detiene las erupciones del Vesubio, y hace milagros día y noche sin parar. Cualquier hecho fortuito que sale bien es gracias a San Genaro ; tan grande es la devoción del pueblo napolitano que el tesoro del Santo es más valioso que el tesoro de la corona de Inglaterra.
Tal es así que quien escribe estas líneas, estando en esa ciudad junto a un amigo, Fede, vió como un motociclista cayó de su moto en movimiento tras una mala maniobra, y como no era nada se levantó, tomó su vehículo y siguió camino.
El hecho ocurrió justo frente al Duomo de Nápoles, donde se guardan los restos del San Genaro y todos los que estaban viendo el hecho gritaron: “¡Miracolo! ¡Miracolo!” Y ¿San Cayetano? ¿Dónde está? Llegando a la Basílica de San Paolo, y antes de recorrer la vía de San Gregorio Armeno y sus bellísimos pesebres (dicho sea de paso, el estilo de pesebre napolitano es un invento de San Cayetano) entramos a la cripta de dicho templo y en el ingreso un religioso se nos acerca y nos dice: “¿Argentinos?”. Por tanto, San Genaro trabaja para los napolitanos y San Cayetano para los argentinos La Beata María Antonia de San José Entonces ¿Cómo llega la devoción a la Argentina? No es de manos de los inmigrantes italianos como muchos creen, sino de la mano de una mujer que nació en Santiago del Estero en 1730: la Beata María Antonia de San José. Se presume que la devoción a Cayetano la llevan a Santiago del Estero los Jesuitas, dado que Cayetano, junto con Ignacio de Loyola y Felipe Neri, son los que tomarán en sus manos los cambios que introducirá en la Iglesia el Concilio de Trento. Los tres santos fundadores se conocían entre ellos y sus casas distaban a pocas calles uno del otro en Roma.
- Ante nuestra mirada mezcla de asombro y sorpresa nos dice… “Sabe porque les pregunto; porque solo los parroquianos y los argentinos viene acá, y ustedes parroquianos no son;
- ” A tanto ha llegado la adopción de San Cayetano por Argentina que hasta en Nápoles ya lo reconocen como ciudadano de este país;
La Madre Beata caminará desde Santiago del Estero, pasando por Córdoba y llegará a la ciudad de la Santa Trinidad (después Buenos Aires), donde comenzará a construir en 1795 la Santa Casa de Ejercicios Espirituales y la pondrá bajo la protección de este Santo, dado que es el “Santo Patrono de la Providencia”. Doña María Mercedes Córdova. Oleo de García del Molino (circa 1830) En 1830, la Sra. María Mercedes Córdova dona a las Hermanas de la Santa Casa (luego “Hijas del Divino Salvador”) unas leguas de tierra que comprendían desde el pueblo de San José de Flores hasta lo que hoy es Ciudadela.
- María Antonia fallecerá el 7 de marzo de 1799, sin ver su casa terminada, pero la devoción al Santo de la Providencia, ya estaba en el corazón de la Casa de Retiros, la cual hasta hoy funciona;
- Las hermanas comienzan sus labores en las parcelas donde hoy se ubica el cementerio israelita de Tres de Febrero aproximadamente, y allí construyen un pequeño colegio y una capilla dedicada a San Cayetano, la cual fue inaugurada el 30 de septiembre de 1875 junto a una casita anexa de las Hnas;
Del Divino Salvador. La bendijo Mons. Federico Aneiros, y fue padrino el Sr. Cayetano Cazón, ex jefe de policía de la Capital Federal y gran colaborador de la obra de las Hermanas. El 6 de diciembre de 1880 Roca promulga la federalización de la ciudad de Buenos Aires, que comprendía a la ciudad de Bs.
- As;
- , al partido de Belgrano y el partido de San José de Flores;
- En esta nueva delimitación, la capilla y colegio quedaban del lado de la provincia, por tanto la Superiora General y el consejo de las hermanas mudan todo el complejo a la ciudad, pegado a la avenida de circunvalación que servirá de límite a la nueva capital, la Av;
Gral. Paz. Allí levantaron una casa de Retiros (el actual colegio que pertenece al Gobierno de la Ciudad), una capilla (el actual Santuario) y un colegio para niñas (el actual instituto San Cayetano) en la calle Cuzco 150. Vale la pena aclarar que en aquellos tiempos, desde la zona parroquial de la Candelaria (Floresta) hasta San Martín, San Justo, Ciudadela y Ramos Mejía, no había Iglesia, Capilla o Parroquia alguna. Una de las imágenes más antiguas llegadas al país de San Cayetano que se venera en la capilla “del Divino Salvador de la Santa Casa”. Nótese que no posee las espigas. Una carta dirigida al noveno intendente de Bs. As. Emilio Bunge para la aprobación final de los planos de la nueva capilla -firmada por la Hna. Superiora de la Hijas del Divino Salvador Rda. Madre Juana Palavicini, Eduardo Lualdi Arq.
Constructor y el Sr. Esteban Massini, Pte. de la Comisión Pro-Templo- dan testimonio de esta carencia de lugar de culto cercano al nuevo emplazamiento. En la misma se lee: “… sirva ubicar en el paraje denominado ‘Estación Liniers’, límite de la Capital, a una cuadra del Ferrocarril y sobre el Boulevard de circunvalación, la manzana propiedad de la Casa de Ejercicios para la construcción de un templo dedicado al titular San Cayetano según los planos y pliegos de condiciones que se acompaña a la presente y señalar la calle según la nueva traza para proyectar un plano del edificio que se construirá en dicha manzana para escuela de niñas, Casa de Ejercicios y Convento de las hermanas del Divino Salvador”.
Se inaugura el templo en un espacio largo y amplio que daba a la calle Cuzco, entre el convento, el colegio y la residencia. Originalmente era de una sola nave, dejando a ambos lados un lugar para una futura edificación de dos naves. La primera piedra del templo actual fue colocada el 16 de agosto de 1892.
- La iglesia se construyó por suscripción popular con especial contribución del Sr;
- Esteban Massini (pte;
- De la comisión Pro-Templo) y del arzobispo Mons;
- Espinosa, que la bendijo solemnemente el 12 de enero de 1902;
En 1913, la capilla será declarada parroquia “hasta que se construyera un nuevo templo en honor a San Cayetano” así reza el contrato de sesión entre la Congregación de las Hijas del Divino Salvador y el Arzobispado de Buenos Aires. El nuevo templo se construyó en Belgrano, y el templo de Liniers no solo siguió siendo parroquia sino que fue declarado Santuario. Ilustracion de “El santito” tal y como era el diseóo de su primer nicho que copiaba al del retablo mayor del templo, hoy desaparecido. El tiempo va a transcurrir y llega la fatal década del año 1930. La región del actual barrio de Liniers de quintas y casas vacacionales… no escapará a la crisis. Y aparece en escena el Santo de la Providencia. El propulsor de la devoción de San Cayetano fue el Padre Domingo Falgioni, párroco desde 1928 a 1938.
Según cuentan, él envió a cada persona de la guía de teléfono de aquel tiempo (no serían muchos), una estampa del santo el cual poseía una espiga como símbolo del Pan, que por la crisis escaseaba , y realizó también una campaña periodística a través del diario Católico “El Pueblo”.
Hay, también, un relato popular que narra el hecho milagroso de una lluvia que fue solicitada al Santo por la sequía que asolaba esa región. Luego de una rogativa a San Cayetano, llovió y volvió a crecer el trigo. y de allí las espigas. Cualquiera de las dos versiones pueden ser válidas, pero el hecho es que en la Argentina, San Cayetano lleva espigas y es el único lugar en el mundo que las posee.
En 1937, amplió el templo edificando la nave derecha contigua al colegio. Y cada 7 de agosto comienza a ser muy visitado con largas filas de fieles. El Padre Juan Di Falco, será nombrado párroco sucediendo al Padre Falgioni y él levantará la otra nave del templo que faltaba.
El padre Di Falco construirá también el retablo mayor del templo en mármol (lamentablemente destruido más tarde y desaparecido por completo) y tuvo la idea práctica de colocar en un nicho a San Cayetano con el Niño Dios en sus brazos, en la nave izquierda cercana a la puerta de entrada: a esa imagen, el pueblo la llama “El Santito”.
Los fieles siguen yendo “in crescendo” a San Cayetano, ya convertido de “patrono de la Providencia” en “Patrono del pan y del Trabajo”. Gracias a la cantidad de gente que concurría, el barrio comenzó a poblarse, se crearon comercios y casa de comidas, y esto hizo prosperar a la zona.
Pasarán los años, el P. Rodríguez Melgarejo (el cual luego será obispo auxiliar de Bs. As. y luego Obispo de la Diócesis de San Martin) encarnará la reforma del Concilio Vaticano II, y creará la famosa editorial “Pan y Trabajo”. Se ofrecerá un cambio de las promesas de velas y flores del pueblo por alimentos no perecederos y ropa para enviarlos a las provincias. Misa Obrera en el campito celebrada el 7 de noviembre de 1981 Foto: Archivo Hasenberg-Quaretti Llegaron los años de la sangrienta dictadura militar, el trabajo escaseaba y las persecuciones del gobierno eran terribles. El silencio era salud. El Santo se convirtió una vez más en quien “intercedía por el pueblo” y “Gritaba contra las injusticias”. Las filas del 7 de agosto eran de más de 4 kilómetros de gente. Allí, los militares no podían intervenir para no molestar a la Jerarquía Católica.
- Se instituyó también el Servicio Social: bolsa de trabajo, farmacia, atención a familias necesitadas y madres solteras;
- El pueblo podía expresarse con libertad;
- Esas filas fueron uno de los lugares en los cuales las Madres de Plaza de Mayo gritaban por la aparición con vida de sus hijos;
Fue el tiempo cuando se produjo la gran manifestación política-religiosa llamada “Pan, paz y Trabajo” que organizó la CGT (Confederación General del Trabajo) el 7 de noviembre de 1981, celebrándose una Misa en el campito detrás de la Iglesia, especial para los peregrinos obreros.
No obstante, si bien no podían entrar al templo o intervenir en las filas, “cientos de agentes policiales, masculinos y femeninos, uniformados y de civil, acompañados por oficiales y oficiales superiores realizaban una severa vigilancia en un radio de diez cuadras, aproximadamente en torno de la iglesia.
Del operativo “participó personal de comisarías, cuerpo de Guardia de Infantería y Servicio General de la Policía Federal, con apoyo de helicópteros, que sobrevolaron la zona permanentemente. También establecieron controles en todos los accesos a la capital, desde la localidad de San Martín y hasta San Justo” (La Prensa, 8/11/1981).
- Según distintas fuentes, concurrieron entre 20;
- 000 y 50;
- 000 personas;
- Apenas concluyó la misa, un millar de manifestantes se reagrupó en el exterior del edificio cantando “se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar…” Los años siguieron pasando, “San Cayetano” seguía escuchando a sus fieles desde su casa de Liniers, pero la devoción ya se extendía por toda la república y por el Paraguay, donde lo llaman “San Cayé”;
Cayó la dictadura, pero la economía seguía sin despegar y en el año 1984, coincidiendo con los 500 años de su muerte (1574–1984) fue la primera vez que el “Santito” salió de su iglesia. No era raro ver en el Santuario, por esa época, a Saúl Ubaldini, recordado secretario Gral. El Papa San Juan Pablo II dando misa en el Mercado Central junto al “Santito” Entre los años 1980 y 1990 se funda “La Casa del Santuario’, destinada, entre otras actividades, a la bolsa de trabajo, atención de los pobres por profesionales sociales, jardín maternal, albergue temporario de familias indigentes, madres solteras, proporcionar ayuda y promoción a los necesitados. En el servicio Social se añadió un centro de Alcohólicos Anónimos y grupos diversos de autoayuda. Mientras el Cardenal Bergoglio,estuvo en Buenos aires -ya como Obispo Auxiliar o en su función de Arzobispo Cardenal-, nunca dejó de ir a la fiesta de San Cayetano.
- de la CGT;
- La segunda salida fue al Mercado Central, para la misa de los Obreros, oficiada por en entonces Papa San Juan Pablo II;
- La feligresía estaba expectante al mensaje de su homilía en ese día, y él recorría la fila de punta a punta;
Ya siendo Papa, en el año 2013 para el 7 de agosto, envió un mensaje a los fieles desde Roma. Como vemos, San Cayetano siguió cumpliendo la misión que realizaba en Nápoles: ayudar a los pobres, socorrer a los necesitados y prestar ayuda a los perseguidos.
¿Cómo era la elección de los santos patronos en la metrópoli?
15/12/2015 En la metrópoli (España), la elección de los santos patronos era una decisión de gran responsabilidad, acompañada a veces de ceremonias a las que no les faltaba boato. Pero cuando las ciudades por patronizar no eran de importancia, como la lejana Buenos Aires, un puerto de contrabandistas enclavado en tierras inhóspitas y deshabitadas, bastaba con introducir los nombres de todos los santos en una bolsa de terciopelo negro para que fuera el azar quien decidiese.
- Fue así que en una de las primeras reuniones que realizó el Cabildo de Buenos Aires se eligió a SAN MARTÍN DE TOURS como patrono de la ciudad;
- La leyenda dice que cumpliendo la tradición, para elegir al patrono se pusieron distintos nombres de santos dentro de un sombrero, con el fin de que el azar decidiera;
El primer nombre extraído correspondió a San Martín de Tours, pero como no era un santo español, los ediles lo rechazaron y volvieron a sacar otro nombre, que fue nuevamente el del santo. Rechazado por segunda vez, se extrajo otro nombre con el mismo resultado.
Increíblemente, tres veces seguidas, había salido el papelito con el nombre de San Martín de Tours, un santo sin mayor renombre. Asombrados por este hecho, los presentes decidieron entonces, proclamarlo patrono de la ciudad de Buenos Aires, sin tan siquiera imaginar, que lo que la bolsa negra de paño, había decidido el nombre del general que libertaría aquellas tierras.
Verdadera o falsa esta leyenda, lo cierto es que en acuerdo del Cabildo reunido el 20 de octubre de 1580, se asentó en el Acta respectiva que por suerte cupo a esta ciudad por patrón della, al señor San Martín. Este santo, San Martín de Tours, nació en Sabaria de Panonia, actual Hungría, entre 315 y 317.
Era hijo de un tribuno militar, por lo que debió alistarse en los ejércitos del Emperador y se lo destinó a Amiens, en Francia, donde fue bautizado. Abandonó el ejército y se dedicó a la caridad. El 4 de julio de 371 fue consagrado Obispo de Tours.
Luego de una vida dedicada a Dios y a la conversión de infieles, falleció el 8 de noviembre de 397, pero su sepelio se realizó el 11 de noviembre, quedando ésta como fecha en que lo cita el martirologio romano, para su celebración. Durante los primeros tiempos de la ciudad, las fiestas en honor de su santo patrono, alcanzaron enorme importancia.
Además de las ceremonias religiosas y de los actos oficiales, se hacían corridas de toros, representaciones teatrales en tablados levantados para la ocasión. Se hacían corridas de toros, carreras de sortijas, torneos ecuestres y de acrobacia y como parte de la fiesta, la ciudad se engalanaba, se ponía especial cuidado en barrer y limpiar las calles y se iluminaban a pleno las casas de los vecinos pudientes y los edificios públicos como el Cabildo, la Fortaleza y la Casa del Obispado.
En cuanto a la celebración religiosa, ésta se efectuaba con gran pompa. Primero se reunían los miembros del Cabildo en la puerta del edificio capitular, los que ataviados con sus mejores ropas, se dirigían al Fuerte, pasaban por la casa del Alférez Real quien era el encargado de portar el estandarte real y así, encolumnados, el gobernador, el alférez, los cabildantes y el pueblo de Buenos Aires concurrían a la Catedral.
- Luego de depositar el estandarte al pie del altar mayor, se realizaba un solemne Tedeum y se pronunciaba un sermón alusivo a la celebración;
- Ya obtenida la Independencia, y por iniciativa del Alcalde de segundo voto Francisco Belgrano, hermano del general Manuel Belgrano, se sustituyó el pendón real por nuestra bandera;
Pero la devoción por el santo de los porteños de antaño no sólo se expresaba el 11 de noviembre sino también se realizaban novenarios y rezos de las cuarenta horas en casos de epidemias o guerras, como en el caso de las invasiones inglesas, etc. Si bien ahora no se lo festeja como antes, recordemos que desde 1758 se celebran misas en su honor todos los días 11 en la Catedral, tradición que se conserva por obra de la «Asociación de los Caballeros de San Martín de Tours».